viernes, 21 de junio de 2019

Leyendo... 2 Corintios capítulo 9



LECTURA DIARIA:
2 Corintios capítulo 9

Pablo les recordó a los corintios que cumplieran con el compromiso contraído. Habían dicho que enviarían una ofrenda en dinero para las iglesias en Jerusalén.

Pablo estaba enviando a algunos hombres antes que él, para que estuvieran seguros de que el regalo estaba en camino, además sería una importante ofrenda y no daría la impresión de que la gente tuvo que dar bajo presión o a último momento ("lista como de generosidad, y no como de exigencia nuestra"). Trataba de lograr que estuvieran dispuestos a mantener su promesa, para que ni él ni los corintios estuvieran en aprietos.
Las personas pueden dudar en dar generosamente a Dios si temen no tener lo necesario para satisfacer sus propias necesidades. Pablo les asegura que Dios es capaz de suplir sus necesidades.
Nuestra actitud al dar es más importante que la cantidad que damos. Según esta norma, la generosidad de la iglesia de Macedonia era difícil de igualar. Pablo usó la ilustración de las semillas para explicar que los recursos de Dios no deben ser escondidos, devorados negligentemente o malgastados, sino cultivados a fin de producir mayor cosecha. Cuando invertimos lo que Dios nos ha provisto, nos dará aún mucho más para dar.
Pablo enfatiza en la recompensa espiritual para aquellos que dan generosamente para la obra de Dios. No debiéramos esperar enriquecernos por medio de nuestras donaciones.
Ofrendar generosamente cubre las necesidades materiales de otros, pero también se traduce en frutos espirituales: muchas acciones de gracias a Dios.

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