lunes, 24 de junio de 2019

Leyendo... 2 Corintios capítulo 12



LECTURA DIARIA:
2 Corintios capítulo 12

Pablo continua narrando las visiones y revelaciones que había recibido del Señor. "Conozco a un hombre en Cristo" significa que estaba hablando de sí mismo. Explicó que no sabía si fue en el cuerpo o en el espíritu, pero estuvo en el paraíso ("en el tercer cielo").

Pablo se refiere a este incidente para mostrar que había sido tocado por Dios en forma muy especial.
No está claro a que "aguijón en la carne" se refiere Pablo porque no lo menciona. Sea lo que fuere, era un problema físico crónico y debilitante, que le obstaculizaba en su trabajo. Este aguijón era un impedimento en su ministerio y pidió que fuera removido, pero Dios se negó a hacerlo. Pablo era una persona muy autosuficiente, así que este aguijón debió ser dificultoso para él. Esto le recordaba su necesidad de mantenerse en contacto directo con Dios.
Aunque Dios no le quitó la aflicción física, le prometió demostrar su poder en él. Cuando nuestras habilidades son sobresalientes o nuestros recursos son considerables, somos tentados a realizar la obra de Dios a nuestra manera, y eso conduce al orgullo. Cuando estamos conscientes de nuestra debilidad y permitimos que Dios nos llene con su poder, entonces llegamos a ser mucho más fuertes de lo que pudimos haber sido jamás dependiendo de nosotros mismos.
Pablo no estaba meramente revelando sus sentimientos, sino defendiendo su autoridad como apóstol de Jesucristo. Estaba herido porque la iglesia en Corinto dudó de él y lo cuestionó; pero se defendía por causa del evangelio, no para satisfacer su ego.
Pablo explicó que la única cosa que hizo por las otras iglesias y que no hizo en Corinto fue convertirse en una carga, pedir a los creyentes que lo alimentaran y le dieran una casa. Cuando Pablo dice: "¡Perdonadme este agravio!" estaba siendo irónico. Realmente había hecho más por los corintios que por cualquier otra iglesia y aún no confiaban en él.
Pablo había fundado la iglesia en Corinto en su primera visita. Luego hizo una segunda visita y estaba planeando lo que sería su tercera visita. Pablo les volvió a aclarar que no quería salario, alimentación o casa, sólo deseaba que los creyentes fueran alimentados con el alimento espiritual que les daría. Aunque Pablo no les pidió nada a los cristianos en Corinto, algunos escépticos seguían diciendo que había sido habilidoso y que sacaría ganancia con ellos de alguna manera. Pero Pablo volvió a explicarles que todo lo que hizo por los creyentes fue para la edificación de ellos, no para enriquecerse personalmente. A pesar de que todavía había pecados, entre esta gente, Pablo dijo que poseían grandes dones y excelencia en el liderazgo.
Pablo temió que las prácticas de los corintios perversos hubieran invadido la congregación, y escribió ásperamente con la esperanza de que pudieran enderezar sus vidas antes que él llegara. Debemos vivir en forma diferente a la de los incrédulos, no permitiendo que la sociedad secular nos dicte cómo debemos tratar a los demás.

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