jueves, 2 de noviembre de 2017

Leyendo... Salmos 42

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LECTURA DIARIA:
Salmos 42

Los hijos de Coré escribieron los Salmos 42 al 49. Coré fue un levita que encabezó una rebelión en contra de Moisés (Números 16.1-35). Coré perdió su vida, pero sus descendientes permanecieron fieles a Dios y continuaron sirviéndolo en el templo. David designó hombres de la familia de Coré para que sirvieran como directores del coro (1 de Crónicas 6.31-38) y continuaron siendo los músicos del templo por cientos de años.
Así como la vida de un ciervo depende del agua, nuestras vidas dependen de Dios. Los que lo buscan y desean comprenderlo encontrarán una vida que no tiene final. Al sentirse separado de Dios, este salmista no descansaría hasta que su relación con El se restaurara porque sabía que su vida dependía de ello.
El escritor de este salmo estaba desalentado porque estaba exiliado en un lugar distante de Jerusalén y no podía ir a adorar al templo. Durante las fiestas establecidas por Dios, la nación tenía que recordar todo lo que El había hecho por ella.
El salmista dialoga consigo mismo; reflexiona sobre su experiencia ahora, sus experiencias en el pasado y en la revelación de Dios.
En medio de su congoja el salmista recuerda y afirma la misericordia de Dios y que él nos cuida de día y de noche.
La misma reflexión sobre su dilema y su experiencia anterior con Dios le hace reafirmar su confianza en la respuesta de Dios.

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