miércoles, 29 de noviembre de 2017

Un momento... LA AVARICIA

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UN MOMENTO PARA PENSAR EN DIOS
LA AVARICIA

En general estamos acostumbrados a relacionar la IDOLATRÍA solo con la adoración de ídolos hechos por mano de hombre (Salmo 115.4; Isaías 31.7), sin embargo, es la propia Palabra de DIOS la que nos advierte a ser cuidadosos con ello, ya que la idolatría es mucho más compleja, pues va más allá de la mera postración ante imágenes, por lo cual tiene muy diversas y sutiles formas de manifestarse.
Una de esas formas es la avaricia. “Porque sabéis esto, que ningún fornicario, o inmundo, o AVARO, QUE ES IDÓLATRA, tiene herencia en el reino de Cristo y de Dios”. (Efesios 5.5)
“Haced morir, pues, lo terrenal en vosotros: fornicación, impureza, pasiones desordenadas, malos deseos y AVARICIA, QUE ES IDOLATRÍA” (Colosenses 3.5).
En Jeremías, el profeta advierte: “Porque desde el más chico de ellos hasta el más grande, cada uno sigue la AVARICIA; y desde el profeta hasta el sacerdote, todos son ENGAÑADORES”. (Jeremías 6.13).
Cualquier diccionario Español define la AVARICIA como «deseo y afán de obtener riquezas»; y al AVARO como «aquella persona ansiosa de adquirir y atesorar riquezas». Algunos diccionarios nos complementan el concepto diciéndonos que la persona avara, debido a su deseo de atesorar las riquezas terrenales, se niega a compartirlas.
Esta es la forma encubierta en la que los falsos profetas ENGAÑADORES introducen la IDOLATRÍA en las iglesias, mediante la AVARICIA, el DESEO Y AFÁN DE ATESORAR RIQUEZAS TERRENALES.
“Pero hubo también falsos profetas entre el pueblo, como habrá entre vosotros falsos maestros, que introducirán encubiertamente herejías destructoras, y aun negarán al Señor que los rescató, atrayendo sobre sí mismos destrucción repentina”. (2 de Pedro 2.1).
Cuando la Palabra nos advierte que las herejías destructoras de estos falsos maestros se introducirán en las iglesias de manera encubierta, está hablando que lo han hecho sin que los creyentes se den cuenta de ello, y tal cosa solo se consigue llevándola a cabo poco a poco, pero sistemáticamente.
La herejía es una desviación de la sana doctrina; es una enseñanza errónea y por lo tanto falsa. Una herejía puede ser el resultado de extraer de su contexto algún pasaje de la Escritura para hacerlo parecer decir algo diferente a lo que en realidad enseña el mensaje original. A esta artimaña la Palabra le llama «torcer la Escritura» (2 Pedro 3.16).
“...y por AVARICIA harán mercadería de vosotros con palabras fingidas. Sobre los tales ya de largo tiempo la condenación no se tarda, y su perdición no se duerme”. (2 de Pedro 2.3).
Puesto que es la avaricia lo que en realidad les motiva, convierten a la iglesia en un mercado, en donde que se comercializa todo. Para este fin se valen de palabras fingidas, esto es, fingiendo amor a DIOS e interés por el alma de las personas.
En Mateo 6.24, Jesús enseñó acerca de dos amos (señores) entre quienes deberá escoger servir: a Dios o a Mammón.
Mammón era el nombre del dios pagano de la riqueza y prosperidad. Al usar el nombre como Jesús lo hizo, Él estaba señalando también que existe una potestad demoníaca que controla la mayoría de las riquezas de este mundo.
El apóstol Pablo advirtió a Timoteo: "Porque los que quieren enriquecerse caen en tentación y lazo, y en muchas codicias necias y dañosas, que hunden a los hombres en destrucción y perdición; porque raíz de todos los males es el amor al dinero, el cual codiciando algunos, se extraviaron de la fe, y fueron traspasados de muchos dolores. Más tu oh hombre de Dios, huye de estas cosas." (1 de Timoteo 6.9 -11).
El tener dinero no es un pecado, sino más bien la manera en que lo usamos y la importancia que le damos en nuestra relación con DIOS.
DIOS bendice a Su pueblo con dinero, y a veces le suple de abundantes riquezas para que cumplan con Su propósito en este mundo.
Cuando los hijos de Israel salieron de Egipto, ellos cargaron con la mayoría de la plata y el oro de la nación como regalos de parte de los egipcios. (Éxodo 12.35).
Pablo en su caminar con el Señor dijo: "Sé vivir humildemente, y sé tener abundancia en todas partes y en todas las cosas que he aprendido tanto de estar saciado como para tener hambre. , así para tener abundancia como para padecer necesidad. Puedo hacer todas las cosas en Cristo que me fortalece” (Filipenses 4.11-13).
Pablo escribió estas palabras a la iglesia de Filipos, como un prisionero maniatado, sin embargo, vivía contento. Había aprendido que la satisfacción no depende de las posesiones materiales.
Pablo se dio cuenta que tenía mucho para ser feliz, la gloria y majestad que será el suyo en el Reino de DIOS. Cuando mantenemos nuestros ojos en la realidad y el significado de nuestra vocación, nos resulta más fácil ignorar el brillo de la ganancia material.
El Señor Jesús nos recuerda en Mateo nuestras prioridades: "Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas Por lo tanto no te preocupes por el mañana, porque mañana se preocupará de sus propias cosas." (Mateo 6. 33 - 34).
Dios les bendiga abundantemente.

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