domingo, 26 de noviembre de 2017

Leyendo... Salmo 66

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LECTURA DIARIA:
Salmo 66

Aquí primero se alaba a Dios por sus maravillas en toda la tierra (vv. 1-4), después por sus actos en su propio pueblo, Israel (vv. 5-12) y finalmente en la vida del salmista. 
De la misma manera en que el fuego refina la plata en el proceso de fundición, las pruebas refinan nuestro carácter. Nos proporcionan una sabiduría nueva y mucho más profunda para nuestra vida, ayudándonos a discernir la verdad de la falsedad y nos capacita con la disciplina necesaria para llevar a cabo lo que sabemos que es bueno. Sobre todo, estas pruebas nos ayudan a darnos cuenta de que la vida es un regalo de Dios que debe apreciarse, no un derecho que debe darse por concedido.
El salmista hizo una promesa a Dios, pero recordó la promesa y pagó su voto. Dios siempre cumple sus promesas y quiere que sigamos su ejemplo. Constantemente debemos confesar nuestros pecados debido a que seguimos haciendo el mal. Pero la confesión requiere que escuchemos a Dios y deseemos dejar de hacer lo que no le agrada. David confesó su pecado y oró: "Líbrame de los errores que me son ocultos. Preserva también a tu siervo de las soberbias".
Nuestra actitud hacia la vida debe ser de confesión y obediencia.

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