miércoles, 1 de noviembre de 2017

Leyendo... Salmos 41

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LECTURA DIARIA:
Salmos 41

Este Salmo, como varios otros, contiene varios estilos. La primera parte es una enseñanza sapiencial. La segunda parte es una súplica o lamento y la última una acción de gracias y alabanza. Todo el Salmo también puede considerarse un salmo de acción de gracias del salmista después de haber sido sanado por Dios.
Este salmo llama bienaventurado el que se preocupa del pobre. Son seis las promesas en los versículos 1 al 3.
El salmista quiere mostrar el contraste con la actitud de los enemigos de Dios; ellos se aprovechan para hacer más daño al débil. También quiere enseñar a sus oyentes que se preocupen de otros que caigan en la misma situación que él.
El salmista, que bien pudo ser David, reconoce que su enfermedad viene por su propio pecado. La Biblia enseña que Dios permite pruebas a sus hijos; no son todas por causa del pecado. Pero el creyente debe siempre examinarse.
Cuando una persona está en crisis, aun el amigo a quien ha ayudado puede volverse en su contra. Es el peor sufrimiento y así sufrió Jesús. Pero Dios tiene compasión del débil y del necesitado, y quiere que sus hijos tengan la misma actitud.
En el versículo 11, el salmista pide una muestra del agrado de Dios sobre su vida: que el enemigo no gane sobre él. En el versículo 12, el salmista reafirma su comunión con Dios y reconoce que es Dios el que sustenta esta relación. Da crédito y gloria a Dios por esta comunión.

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