LECTURA DIARIA:
Salmo 59
El Salmo destaca el poder de Dios y su misericordia. El salmista se encuentra en una crisis grave; pero sabe que el poder de Dios es mucho más grande que sus enemigos. El salmista empieza clamando directamente por su liberación.
El salmista está seguro de que el ataque no viene por causa de sus propios errores.
Los hombres malos maldicen a Dios como si no pudiera escucharlos ni responderles. Pero Dios se ríe de ellos. Los impíos actúan como si Dios no pudiera verlos y castigarlos. Pero Dios observa con paciencia hasta el día en el que sus acciones se levanten para acusarlos. Los que somos creyentes debemos tener cuidado y no seguir esas mismas prácticas necias como lo hacen los malvados. Debemos recordar que Dios escucha y ve todo lo que hacemos.
A David lo perseguían los que convirtieron su amor en celos y por lo tanto querían matarlo. Sus amigos de confianza, e incluso su hijo, se volvieron en su contra.
Sin embargo, David sabía que el amor de Dios hacia él era inalterable. "Jehová es bueno; para siempre es su misericordia" (100.5). La misericordia de Dios hacia todos los que confían en El también es tan permanente como la que tuvo con David. Cuando el amor de otros se acabe o nos desilusione, podemos descansar en el amor inalterable de Dios.
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