sábado, 25 de noviembre de 2017

Un momento... LA CODICIA

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UN MOMENTO PARA PENSAR EN DIOS
LA CODICIA

La codicia es el deseo desordenado de los bienes ajenos. La prohíbe el décimo mandamiento: "no codiciarás nada que sea de tu prójimo" (Éxodo 20.17); "no desearás...su casa ni su campo, su siervo o su sierva, su buey o su asno, nada que sea de tu prójimo" (Deuteronomio 5.21). El décimo mandamiento se refiere a la intención del corazón.
La codicia es el origen de muchos de los grandes desastres de la humanidad porque nunca hay bastante, no se respeta lo ajeno ni se ven los límites, aquí aparece el “todo vale” y sin pensar en nada ni nadie la tendencia es arrasar con todo.
La codicia, es esa ambición dañina es ese “deseo ardiente”, desmedido que oscurece nuestra visión e invierte nuestras prioridades para dejar a un lado lo realmente valioso y nos induce a buscar cualquier medio para conseguir riquezas, fama o poder.
Pero entonces, ¿cómo anhelar superarnos sin que las ansias de progresar nos aflijan? ¿Cómo disfrutar lo que tenemos en lugar de envidiar o quejarnos por lo que nos falta, y a la vez no ser atrapados por el conformismo? La Biblia tiene la respuesta, lo llama “Contentamiento”.
El contentamiento en la Biblia se puede describir como aquella actitud que nace de la decisión de estar “contentos” con lo que tenemos, agradecidos con DIOS por lo que vamos logrando en la vida. Con una actitud activa y no pasiva, expectante por lo que creemos podemos lograr más adelante. En la Biblia hay varias citas acerca del contentamiento y que invitan a practicarlo, como la que se encuentra en la carta a Timoteo, dirigida a los que más tienen.
“…no sean altivos, ni pongan la esperanza en las riquezas, las cuales son inciertas, sino en el Dios vivo (que nos da todas las cosas en abundancia para que las disfrutemos). Hagan el bien, sean ricos en buenas obras, dadivosos, generosos, atesorando para sí buen fundamento para lo por venir, echen mano de la vida eterna”, “Porque nada hemos traído a este mundo, y sin duda nada podremos sacar. Así que teniendo sustento y abrigo, estemos contentos con esto”. (1 de Timoteo 6.7 - 9; 17 - 19).
“Sustento y abrigo” representa lo básico que necesitamos para vivir. Y eso debe bastar para estar agradecidos, porque si tenemos que comer tendremos fuerzas para trabajar, y trabajando con diligencia y esfuerzo podremos superarnos, porque DIOS también quiere darnos las cosas en “abundancia para que las disfrutemos”. Pero la motivación no proviene de una ambición egoísta y personal, sino de un interés que incluye a los demás, a la familia, a los que necesitan ayuda, y a la obra de DIOS. Porque las riquezas, la fama y el poder no son un fin. Son sólo un medio.
La Biblia rechaza tanto la ambición como el conformismo. La ociosidad no debe caracterizar a ningún cristiano: “…Os rogamos hermanos que amonestéis a los ociosos, que alentéis a los de poco ánimo, que sostengáis a los débiles, que seáis pacientes par con todos”. (1 de Tesalonicenses 5.14) “A los tales mandamos y exhortamos por nuestro Señor Jesucristo, que trabajando sosegadamente, coman su propio pan”. (2 de Tesalonicenses 3.12).
Esfuerzo y trabajo para tener. Satisfacción y gratitud por lo que se tiene. Adquirir ese “equilibrio” en la vida no es fácil, requiere fe, renuncia y aprender a dar gracias en todo*; pero trae paz al alma.
No esperamos “algún día ser felices”, sino que lo somos ahora, con lo que tenemos, aunque sea poco. Porque si estamos con Cristo lo tenemos todo.
“He aprendido a contentarme cualquiera que sea mi situación… Se vivir humildemente y se tener abundancia… Todo lo puedo en Cristo que me fortalece”. (Filipenses 4.11 -13).
Dios les bendiga abundantemente.

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