TIEMPO
DE REFLEXIÓN
“Jesús
le contestó: Tu hermano volverá a vivir.
Marta
le dijo: Sí, ya sé que volverá a vivir cuando los muertos resuciten, en el día
último.
Jesús
le dijo entonces: Yo soy la resurrección y la vida. El que cree en mí, aunque
muera, vivirá; 26 y todo el que todavía está vivo y cree en mí, no
morirá jamás. ¿Crees esto?
Ella
le dijo: Sí, Señor, yo creo que tú eres el Mesías, el Hijo de Dios, el que
tenía que venir al mundo”.
Juan
11. 23 – 27.
A
la declaración de Jesús “Yo soy la Resurrección”, antecede un milagro
extraordinario: la resurrección de Lázaro quien hacía ya cuatro días que había
muerto. Y por medio de este milagro demostró que tiene el poder de traer a las
personas de la muerte a la vida y cumplir absolutamente lo que él había dicho:
"Yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en
abundancia" (Juan 10.10)
Esto
fue una prueba indubitable para los judíos que Él era el Mesías prometido, pero
muchos ¿por qué no le creyeron? Algunos lo miraron como el simple hijo de un
humilde carpintero, otros lo consideraron un hereje, blasfemo e impostor. Pero
el propósito final es llevarnos a Él, pues él tiene poder sobre la muerte, en
la cual nos encontrábamos.
La
Biblia dice: “Y él os dio vida a vosotros, cuando estabais muertos en vuestros
delitos y pecados” (Efesios 2.1).
Él
es el Creador de la vida y sin duda puede restituir la vida. Todo aquel que
cree en Cristo tiene vida y vida eterna. Cuando comprendemos su gran poder,
sólo queda entregar nuestra vida a Él.
Jesús
es la resurrección y la vida. La resurrección significa la victoria de Jesús
sobre el pecado y la redención para el pecador, por tanto, cuando una persona
entiende quién es Jesús y pone su fe en él, todas las cosas cambian, las
pruebas y sufrimientos ya no son tan dolorosos.
La
esperanza que nos da el saber que él es la "Resurrección y la Vida"
nos da una confianza segura ahora y en el futuro.
Dios
les bendiga abundantemente.
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