LECTURA DIARIA:
Juan Introducción
El apóstol Juan
escribió este libro. A lo largo del libro se refirió a sí mismo como el
discípulo “a quien Jesús amaba” (Juan 13.23; 19.26; 20.2; 21.7, 20)
Juan y su hermano
Santiago (Jacobo) hijos de Zebedeo, eran pescadores ( Mateo 4.21). Antes de
convertirse en discípulo y apóstol de Jesucristo, Juan era al parecer un
seguidor de Juan el Bautista (Juan 1.35–40)
No sabemos con
exactitud cuándo escribió Juan este libro. Las fechas propuestas para su
escritura varían desde el año 60 d.C. hasta el 100 d.C. Los primeros escritores
cristianos del siglo II d.C.sugirieron que Juan escribió este libro en Éfeso,
Asia Menor (la actual Turquía).
Alrededor del 92 por
ciento del material del Evangelio de Juan no se encuentra en los registros de
los otros Evangelios. Esto es probablemente debido a que la audiencia a la que
estaba dirigido, miembros de la Iglesia que ya tenían una comprensión de
Jesucristo, era sin duda diferente de las audiencias a las que se dirigían
Mateo, Marcos y Lucas.
De los siete milagros
de los que informa Juan, cinco no están registrados en ningún otro Evangelio.
Mientras que Mateo, Marcos y Lucas presentaron considerable información sobre
el ministerio de Jesús en Galilea, Juan registró numerosos acontecimientos que
tuvieron lugar en Judea.
El Evangelio de Juan
contiene una abundancia de doctrina, siendo algunos de sus temas principales la
divinidad de Jesús como el Hijo de Dios, la expiación de Cristo, la vida
eterna, el Espíritu Santo, la necesidad de nacer de nuevo, la importancia de
amar a los demás y de creer en el Salvador. Juan recalcó la divinidad de
Jesucristo como Hijo de Dios.
Juan registró más de
cien de las referencias de Jesús a Su Padre, con más de veinte referencias tan
solo en Juan 14. Una de las principales contribuciones de Juan es que incluye
las enseñanzas del Salvador a Sus discípulos en las horas previas a Su arresto,
incluso la gran oración intercesora ofrecida la noche en la que Él sufrió en
Getsemaní.
Esta parte del relato
de Juan (Juan 13 – 17) representa más del 18 por ciento de las páginas que se
hallan en Juan, proporcionándonos una mayor comprensión de la doctrina del
Salvador y de lo que Él espera de Sus discípulos. Juan escribió a los creyentes
en todo lugar, sean o no judíos (gentiles).
Como uno de los doce
discípulos, Juan fue un testigo presencial, de manera que su historia es
confiable. Su libro no es una biografía (como el libro de Lucas), sino una
presentación temática de la vida de Jesús. Muchos de los oyentes originales
tenían un trasfondo griego.
La cultura griega
estimulaba la adoración de muchos dioses mitológicos cuyas características
sobrenaturales eran tan importantes para los griegos como las genealogías para
los judíos. Juan mostró que Jesús no solo era diferente de sus dioses
mitológicos, sino superior a ellos. Lo que Jesús enseñó y lo que hizo están
ligados en forma inseparable con lo que Él es.
Juan muestra a Jesús
como totalmente humano y totalmente divino.
A pesar de que Jesús
tomó por completo nuestra humanidad y vivió como un hombre, nunca dejó de ser
el Dios eterno que siempre existió, el creador y sustentador de todas las
cosas, la fuerza que une la creación y la fuente de la vida eterna. Esta es la
verdad acerca de Jesús y el fundamento de la verdad. Si no podemos o no creemos
esta verdad básica, no tendremos la fe suficiente para confiarle nuestro
destino eterno. Por eso Juan escribió su Evangelio: para edificar la fe y la
confianza en Jesucristo, al grado que creamos que Él en realidad es el Hijo de
Dios (20.30, 31)
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