UN MOMENTO PARA PENSAR EN DIOS
UNA
LUZ EN MEDIO DE TANTA OSCURIDAD
Cuando
la prioridad es el poder, se aleja de lo básico, el hombre. Con tristeza
vemos niños con armas, hijos que mandan a sus padres a la cárcel, niñas con
preservativos en sus carteras, padres que no son capaces de educar a sus hijos
porque no tienen la capacidad moral para hacerlo, etc.
Culpables
son muchos. Una de ellas, las leyes que rigen en muchas naciones.
Muchas
de las leyes que se están dictando solo están legalizando el pecado. El
matrimonio entre personas del mismo sexo, legalizando la droga, la venta libre
de armas, el aborto.
Todo
eso es PECADO. Legalizar el pecado es estar en contra de DIOS.
Permitiendo
que esto pase nuestra conciencia se está cauterizando y cuando escuchamos
hablar de la corrupción de políticos, sindicalistas y jueces, o la muerte de
muchas personas por esa corrupción, ya nos parece más de lo mismo y no nos
duele tanto.
Pero
los padres somos los principales responsables en la formación de los hijos,
somos los que transmitimos nuestra cultura, valores, respeto, ejemplo de generación
a generación.
Debemos
educar a nuestros hijos en el temor de DIOS, conforme a Sus leyes, aunque al
mundo le parezcan antiguas y fuera de lugar.
Una
de las primeras señales de la vida de los cristianos del primer siglo después
de Cristo es el lugar predilecto que tenía las Escrituras en sus
vidas.
La
gente de ese tiempo no solo daban importancia a la Palabra de DIOS al
buscarla, leerla y respetarla, sino que la protegía,
custodiaban, defendían y guardaban.
El
hecho de que custodiaban las Escrituras como la Palabra de DIOS no solo era por
el valor de este histórico y sagrado documento, sino
por el valor moral, espiritual y educacional.
Sin
embargo, lo más importante de los cristianos del primer siglo era que al
aceptar la Biblia como la Palabra de DIOS, decidieron regirse a ella en todo su
modo de vida.
¿Qué
significa apegarse o regirse a la Biblia?
La Palabra
de DIOS tenía un lugar predilecto en sus vidas porque la escuchaban,
obedecían y enseñaban, significa que la recordaban, la guardaban, la
memorizaban y la respetaban. La palabra de DIOS tenía valor tanto moral e
intelectual como espiritual y educacional.
Todos,
la iglesia en general y cada convertido en particular, después de recibir a
Cristo, reconocían, recibían y sometían su vida a obedecer la Palabra de
DIOS.
La
pregunta que nos deberíamos hacer es: ¿Qué lugar de importancia tiene la
Palabra de DIOS en nuestra vida?
¿Está
influyendo la Biblia en la conducta, comportamiento y formación intelectual de
nuestros hijos?
¿Tomamos
en cuenta lo que dice DIOS en su Palabra en cada momento de nuestra vida, en
cada decisión que tomamos, en cada relación que establecemos, en cada
pensamiento, sentimiento, acción y decisión?
¿Cuántas
veces la consultamos en el día? ¿Cuántas veces en el día nos detenemos para
revisar nuestras acciones a la luz de lo que dice la Biblia?
La
Biblia puede ser comparada con el GPS al que se recurre en momentos, lugares y
circunstancias desconocidas.
Cuando
una familia está guiada por el temor de DIOS, por la Palabra de DIOS y por una
instrucción sabia, a tiempo, y responsable; no solo se garantiza una vida de
estabilidad, alegría, satisfacción, seguridad y de ejemplo en el
presente; sino que DIOS promete dar larga vida no solo sobre la tierra, sino
después de esta.
¿Cómo
está nuestra vida, estamos viviendo con sabiduría?
Dios
les bendiga abundantemente.
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