UN MOMENTO PARA PENSAR EN DIOS
NUESTRA
RELACIÓN PERSONAL CON DIOS
Dice
Génesis 6.8: “Pero Noé halló gracia
ante los ojos de Jehová”.
El
Señor miraba a Noé con buenos ojos, pero al resto de los hombres los
quería borrar de la tierra.
Escogió
a Abraham de entre todos los seres del mundo, se le apareció y le prometió ser
su protector, darle una recompensa muy grande y hacerlo el padre de muchas
naciones.
José,
Moisés y David recibieron también el favor de DIOS. Hay algo que todos ellos
tenían en común y que tendremos que aprender nosotros para que la gracia y la
bendición de DIOS abunden en nuestras vidas.
De
Noé, las Escrituras dicen que era un hombre bueno que siempre obedecía a DIOS,
y que vivía de acuerdo con su voluntad. Cuando DIOS le dio la tarea específica
de construir una barca, Noé hizo todo tal como el Señor se lo había ordenado.
Abraham
creyó a DIOS; José guardó su fidelidad a DIOS viviendo de acuerdo a su consejo
bajo grandes presiones; Moisés también hizo todo tal como el Señor se lo había
ordenado; y David mantuvo siempre su corazón dispuesto a cumplir la ley de DIOS.
Nos
conviene descubrir los caminos y el consejo de DIOS. Tal vez algunos creerán
que eso signifique memorizar más versículos de la Biblia. Pero podríamos
conocer muy bien las Escrituras, hablar de ellas, predicarlas y discutirlas y
todavía no conocer los caminos de DIOS.
Todos
necesitamos saber más de lo que dice la Biblia, pero de nada nos servirá si no
afecta nuestra manera de vivir.
El
peligro en conocer las Escrituras únicamente en forma intelectual, es que mata.
Lo que produce vida es la obediencia al mandamiento del Señor. Jesús mismo lo
dijo a los judíos lo que leemos en Juan 8.51: “Les aseguro que quien hace
caso de mi palabra, no morirá”.
Los
caminos del Señor son su manera de ser y hacer las cosas. En ellos crecemos y
prosperamos. La Biblia descubre y establece la voluntad de DIOS, pero es el
Espíritu que conoce y nos guía en sus caminos.
Los
mandamientos y la ley son la ruta trazada de antemano. Sus caminos se conocen
únicamente cuando entramos en ellos obedeciendo la dirección del Espíritu
Santo. Así que es posible conocerlos bíblicamente con nuestra inteligencia,
pero ignorarlos totalmente en la realidad que representa nuestra relación
personal con DIOS.
Ese
trato personal con nuestro DIOS es lo que produce ese elemento imprescindible
de la fe y la confianza que su palabra nos da.
Abraham
y los patriarcas creyeron al Señor y conocían su camino antes que la Biblia
fuese escrita. Si la fe se adquiere oyendo la palabra de DIOS, entonces
nosotros, al igual que ellos, tendremos que oír la voz del Señor hablando a
nuestros espíritus.
La
Biblia sigue siendo el “manual de instrucciones para el cristiano” y el
instrumento esencial en el trato de DIOS con los humanos. En ella encontramos
al DIOS revelado. Allí está todo lo que necesitamos conocer de nuestro Señor en
nuestra trayectoria por esta vida.
Y
en nuestra comunión diaria con Él nos revelará, basado en Su palabra, el
propósito especial para cada una de nuestras vidas.
Dios
les bendiga abundantemente.
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