UN MOMENTO PARA PENSAR EN DIOS
¿CÓMO
SÉ LO QUE DIOS QUIERE?
Cuando
alguien comienza a orar pidiendo dirección para algo específico, además de
estar haciendo lo correcto ante los ojos del Señor, al mismo tiempo se expone a
la duda clásica: ¿Será voluntad de DIOS?
¿Será ocurrencia mía? ¿Hay un método
para conocer la voluntad de DIOS?
Los
hijos de DIOS pueden y deben conocer la voluntad de DIOS.
La
Palabra de DIOS dice: “No vivan ya según los criterios del tiempo presente; al
contrario, cambien su manera de pensar para que así cambie su manera de vivir y
lleguen a conocer la voluntad de Dios, es decir, lo que es bueno, lo que le es
grato, lo que es perfecto”. Romanos
12.2.
El
conocimiento de la voluntad de DIOS se relaciona con la persona; y no tiene
nada que ver con la técnica. Cuando el Señor atrae a los hombres, no los atrae
a todos de la misma manera o por las mismas causas.
Nosotros
somos los que nos gustan de las generalizaciones y las metodologías, DIOS no,
de ninguna manera. Él se maneja con cada uno de nosotros como lo que somos:
hijos individuales y únicos regidos por patrones diferentes.
Muchos
aman las verdades de la Biblia. Desean conocer más de estas verdades y esperan
que otros puedan ser edificados con ellas. Pasan horas estudiando la Biblia y
son versados en estudios bíblicos. Cuando no pueden interpretar un pasaje, se
sienten frustrados.
Tales
personas sólo se acercan a la Biblia con su mente. No llevan necesariamente una
vida cristiana apropiada. Hay que admitir que es difícil llevar una vida
cristiana auténtica sin usar la mente.
Pero
aquellos que sólo tienen una comprensión intelectual de las doctrinas, no
experimentan la vida cristiana que es apropiada. Porque la vida conforme a
Cristo, es un algo que nos sale desde adentro, no hay modo en que pueda
entrarnos desde afuera.
Hay
otro grupo de personas que no son tan brillantes; no son muy versadas, pero
tienen mucho celo. Ríen y lloran con gran facilidad. Tienen sus emociones a
flor de piel. Cuando tocan la Biblia, son conmovidas fácilmente.
Se
mueven solamente cuando sienten que algo arde en su interior. En su celo, les
predican a todos los que se encuentran.
Pero
cuando su celo se desvanece, ni siquiera diez personas lograrían hacerlos mover
un solo centímetro. Tocan a otros con su emotividad. Cuando se encuentran
avivados, tienen un buen concepto de sí mismos, pero cuando se enfrían, nada
hará que los haga emprender algo. Tales cristianos no son útiles al Señor.
Supongamos
que un hombre tiene una mente despejada delante del Señor, unas emociones
equilibradas, un buen conocimiento de la Biblia, y celo por servir a otros.
Todas estas cosas son maravillosas, pero si el Señor nunca ha tocado su
persona, no puede servir debidamente a DIOS.
Necesitamos
que DIOS toque nuestra voluntad.
Muchos
se comunican con el Señor valiéndose de su mente y de sus emociones. Son pocos
los que se comunican con El usando su voluntad. Es fácil encontrar creyentes
que valoran las doctrinas de la Biblia.
No
han entregado su voluntad plenamente al Señor.
Debemos
consagrar nuestra voluntad incondicionalmente al Señor y ser disciplinados por
Él. Antes de ofrecer algún servicio válido al Señor, debemos permitirle que
guíe nuestra mente y nuestra parte emotiva, a fin de no ser gobernadas por una
mente activa ni ser impulsadas por las emociones.
Cuando
alguien pregunta, ¿Cómo conocer la voluntad de DIOS? Todos nosotros ya
deberíamos tener una respuesta clara al respecto. La voluntad de DIOS sólo es
revelada a quienes han consagrado su voluntad a Él.
Él
no nos obliga a hacer nada, pues siempre espera que nosotros estemos
dispuestos.
No
es tan importante conocer la voluntad de DIOS como estar dispuestos a hacerla.
Tenemos que decirle al Señor: “No se haga mi voluntad, sino la Tuya”.
Cuando
pongamos a un lado nuestro yo, conoceremos la voluntad de DIOS.
Dios
les bendiga abundantemente.
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