UN MOMENTO PARA PENSAR EN DIOS
CUANDO
LA TRISTEZA NOS QUIERE GANAR
Aunque
la Biblia no dice literalmente depresión, hay palabras que describen a personas
deprimidas, tales como Job, Moisés, David, Elías, Jeremías.
El
énfasis de la Biblia esta no en la desesperación, desilusión, o profunda
tristeza, sino en la fe, creencia, esperanza, gozo y contentamiento que hay en
Cristo cuando se depende de él.
La
Biblia no habla de la depresión como un estado pecaminoso pero que si es un
estado propenso a pecar (Salmo 42.5).
El
deseo de DIOS según Romanos 15.3 es que cada creyente sea fuerte en la
esperanza que DIOS ha dejado, para vivir todos los días en la tierra en pleno
contentamiento (Filipenses 4.4-7, 13,19)
Al
leer el Salmo 42.11 y el Salmo 43.5 descubrimos que el Gran Rey David, el que
es conforme el corazón de DIOS, de pronto se encontró sumido en
una profunda tristeza, lo que los expertos llaman en una aguda
depresión hasta el grado de desear la muerte como lo expreso Moisés, Job,
Elías y Jeremías. Con todo, en el fondo del corazón de este gran siervo
mantenía una fuerte convicción de que esperar, buscar, anhelar y desear en/y a
Dios era una buena salida para remediar y terminar con esta crisis emocional y
mental (42.1-2).
La mayoría de las personas no se escapan de este problema de la depresión, sea momentánea o permanente. La recuperación es larga y difícil y el estado de desánimo varia más cuando la causa es la desilusión, fracasos, separaciones o traiciones.
La mayoría de las personas no se escapan de este problema de la depresión, sea momentánea o permanente. La recuperación es larga y difícil y el estado de desánimo varia más cuando la causa es la desilusión, fracasos, separaciones o traiciones.
En
la depresión en la cual estuvo sumergido el salmista, expreso algunos consejos
que podrían ser adecuados para toda aquella persona que podría estar pasando
alguna tristeza, decepción, dolor, fracaso, o desilusión.
La depresión es un “Síndrome caracterizado por una tristeza profunda motivada por la inhibición de todas las funciones síquicas”.
La depresión es un “Síndrome caracterizado por una tristeza profunda motivada por la inhibición de todas las funciones síquicas”.
Tal
estado de depresión puede, de no ser tratada a tiempo, dominar en la profunda
tristeza no solo a las personas sin Cristo sino hasta los más consagrados
cristianos como Elías. La depresión no es un estado pecaminoso, sin
embargo es un estado propenso para pecar contra DIOS.
Si
una persona de pronto se siente triste, solo, aislado, distraído, pensativo, no
quiere hablar, puede llegar a olvidarse o dudar de DIOS.
Es
necesario entonces, acercarse, hablarlo con alguien, y orar por ese tema.
De manera que, sabiendo que la depresión es una enfermedad psíquica, iniciada en la mente pero que abarca toda la personalidad, que se alimenta de todo lo que sucede a su alrededor; y que llega a afectar no solo a su familia cercana y a las personas que se relacionan con uno, sino que puede llegar hasta atentar contra vida misma.
De manera que, sabiendo que la depresión es una enfermedad psíquica, iniciada en la mente pero que abarca toda la personalidad, que se alimenta de todo lo que sucede a su alrededor; y que llega a afectar no solo a su familia cercana y a las personas que se relacionan con uno, sino que puede llegar hasta atentar contra vida misma.
Cuando
la depresión llega a un nivel donde hay subestima, pensamientos negativos,
expresiones agresivas, ya ha dejado de ser un asunto natural y pasó a ser un
problema espiritual pecaminoso, donde ya participa el enemigo de DIOS, el
diablo.
Para que no pase algo así en nuestra vida, debemos elabora un estilo de vida apegado a la Biblia y al amor de DIOS.
David decidió esperar en DIOS, confiar en DIOS y vivir para DIOS.
Para que no pase algo así en nuestra vida, debemos elabora un estilo de vida apegado a la Biblia y al amor de DIOS.
David decidió esperar en DIOS, confiar en DIOS y vivir para DIOS.
Hagamos
esto cuando nos sintamos deprimidos, tristes, solos, desilusionados, y hasta
despreciados.
DIOS
siempre está de nuestro lado, no nos deja, y no nos abandona por la sencilla
razón de que Él se ha comprometido no dejarnos jamás. La tristeza desaparece
cuando nos deleitamos y nos regocijamos en DIOS y dejamos que su fortaleza
inunde nuestro corazón.
Dios
les bendiga abundantemente.
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