UN MOMENTO PARA PENSAR EN DIOS
¿QUÉ
DICEN LOS DEMÁS DE TI?
Es
impresionante la manera como hay personas que tienen la habilidad y la
capacidad de hablar acerca de ellos mismos, y lo hacen con confianza.
También,
hay personas que tienen la habilidad de reconocer las virtudes de otras
personas y tienen también la buena actitud de decírselos en persona y
declararlo frente a otras personas.
Por
último, hay otras personas que son diestros para ver, descubrir y señalar los
errores de los demás y no sienten compasión por lo que pueden sentir las otras
personas.
¿Nos
gusta que otras personas hablen de nosotros? ¿Cómo nos sentimos cuando alguien
señala nuestros errores y debilidades o cuando alguien reconoce nuestras
virtudes y habilidades?
El
apóstol Juan en sus tres cartas usa un lenguaje adecuado al hablar con los
hermanos, porque es sincero, honesto, y transparente. Tiene carácter para
reconocer las virtudes de los demás, pero también para hacerles ver cuando han
fallado o están actuado o viviendo mal. Por ejemplo, elogia al hermano Gayo
pero confronta al hermano Diótrefes (3 Juan 5 -10). Pone en alto el buen
testimonio de Demetrio pero llama la atención de los que no piensan en el
beneficio de la obra sino solo en el suyo.
Lo
que más llama la atención de Juan es el énfasis que dan a lo que se dice de
alguien.
Es
muy importante tomar en cuenta que debemos cuidar lo que las personas dicen de
nosotros pero debemos tener mucho cuidado de las cosas que nosotros decimos de
los demás.
Pablo
llamaría a esto, reputación, es satisfactorio y gratificante escuchar que otras
personas no solo hagan comentario positivos de uno, sino que tengan el carácter
y lealtad de defender la reputación de ese alguien. Qué hermoso es saber que
uno puede defender la reputación de alguien cuando otro la está ensuciando.
Esto requiere estar seguro de la buena reputación de la otra persona, para
poder convertirnos en defensores de su reputación sin necesidad de fingir.
Juan
habla bien del hermano Gayo y de Demetrio y se lo dice a ellos directamente,
pero también lo dice frente a los demás. También es sinceridad, ética, y
transparencia el señalar los errores, debilidades y defectos de otras personas,
solo que se debe decirlo cara a cara con la persona y no frente a otros.
Decir
lo malo de una persona frente a otras personas es falta de ética, respeto,
sinceridad o transparencia. La mala reputación de alguien solo es aceptable
decirla o comentarla solo frente a la misma persona transgresora. Aunque se
tenga buena intención, decir lo malo de una persona a una tercera persona, es
deslealtad, falta de lealtad, es falta de transparencia.
Así
que, si vamos a hablar de alguien, debemos darnos cuenta que sea solo las cosas
positivas, las cosas que realzan a la persona, reconoce las virtudes, pone en alto
el nombre de la otra persona.
Si
queremos decirle algo malo de una persona, los errores y los defectos, solo es
correcto y transparente cuando se lo dice directamente a la misma persona, lo
hace en privado, con amor, sabiduría, buena intención y tacto.
Y
sobre todo esforcémonos en tener buena reputación, porque cuando la gente habla
de la buena reputación de uno, es muy gratificante, satisfactorio y embellece
el nombre de DIOS.
Dios
les bendiga abundantemente.
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