LECTURA
DIARIA:
Jeremías
capítulo 48
Los
moabitas descendían de Lot debido al incesto que este cometió con una de sus
hijas. Llevaron a los israelitas a la idolatría y se unieron a las bandas
armadas que Nabucodonosor envió a Judá en 602 a.C. Más tarde, Babilonia los
conquistó y desaparecieron como nación.
Según la profecía de Jeremías, las ciudades serán dejadas en ruinas y el país, devastado. Habrá gran lamento. Habrá gran prisa.
A lo
largo del capítulo sigue profetizando la destrucción de Moab para despertarlo
al arrepentimiento y la reforma nacional para evitar el trastorno o para
prepararse para eso mediante el arrepentimiento y reforma personal. Pero no es
destrucción perpetua. El capítulo termina con una promesa de su regreso del
cautiverio en los postreros días. Dios no contenderá por siempre aun con los de
Moab, ni siempre estará airado con ellos. Los judíos lo refieren a los días del
Mesías; entonces los cautivos de los gentiles, bajo el yugo del pecado y
satanás, serán traídos de vuelta por la gracia divina, que los hará
verdaderamente libres.
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