UN MOMENTO PARA PENSAR EN DIOS
¿QUÉ
ES UN VALOR?
Los
valores son elementos que se transmiten de generación a generación, de familia
a familia, de padre a hijo. Solo que para que mantengan su pureza y eficacia
requiere que se mantenga el proceso de cultivación.
“Desde
tu niñez conoces las Sagradas Escrituras, que pueden darte la sabiduría
necesaria para la salvación mediante la fe en Cristo Jesús. Toda la
Escritura es inspirada por Dios y útil para enseñar, para reprender, para
corregir y para instruir en la justicia”. 2 Timoteo 3.15 – 16.
Un
valor es una propiedad que tienen las cosas, acciones y personas en virtud de
las cuales nos sentimos atraídos, aceptados o rechazados. Los valores no son la
vida, pero son necesarios para la vida. Son más que enseñanzas, son
convicciones que se enseñan y modelan.
Los
valores son principios, enseñanzas, convicciones y verdades que no se imponen
sino que se enseñan para ser adoptados. En Proverbios 22.6, los padres enseñan
e instruyen pero no lo imponen a la fuerza, sino que el hijo es quien decide
aceptarlo, adoptarlos o rechazarlos.
Así
que, un valor es una virtud, una cualidad o habilidad que tienen las personas,
las cosas, las acciones, las enseñanzas y las verdades.
La
escuela y la Iglesia son remansos de valores pero el hogar es el crisol donde
se pulen, pero es cada individuo el que decide recibirlo, y practicarlo. Esto
tiene que ver con la educación que hemos recibido y con el apropiarse de dicha
instrucción.
Un
valor se enseña, se modela, se ofrece, pero finalmente es la persona la que
decide si recibe, toma, encarna, practica y obedece dicho valor o no.
Proverbios 22.6 dice: “Instruye al niño en su camino; y aun cuando sea viejo,
no se apartará de él”.
La
responsabilidad de los padres, las escuelas y las iglesias es instruir,
orientar, enseñar y modelar los valores, pero son los hijos los que deciden
apropiarlos, vivirlos, enseñarlos y modelarlos a la siguiente generación.
También dice Efesios 6.1 – 3, “Hijos obedeced en el Señor a vuestros padres
porque esto es justo, honra a tu padre y a tu madre porque este es el primer
mandamiento con promesas, para que te vaya bien y seas de larga vida sobre la
tierra”. Pero el v.4 dice: “Y vosotros padres no provoquéis a ira a vuestros
hijos sino criadlos en disciplina y amonestación”. Por último, la Biblia nos
invita a aprender los valores, a obedecerlos y enseñarlos Filipenses 4.8 - 9.
“En
cuanto a lo demás, hermanos, todo lo que es verdadero, todo lo honorable, todo
lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo que es de buen nombre, si hay
virtud alguna, si hay algo que merece alabanza, en esto pensad.
Lo
que aprendisteis, recibisteis, oísteis y visteis en mí, esto haced; y el Dios
de paz estará con vosotros”.
Los
valores se cultivan, por la cultura del entorno, y la herencia familiar, pero el
entorno social de un individuo influye, porque es la cultura en la que el
individuo fue educado y vive, y abarca a las personas e instituciones con las
que el individuo interactúa en formar y regular. Este entorno incluye lugar de
nacimiento y donde creció en su infancia, adolescencia y juventud.
Es
muy importante reconocer que nuestros padres nos transmiten su propia herencia,
cultura, e idiosincrasia, que algunas veces no es la mejor o buena. Muchos
jóvenes son exactamente lo que vieron, oyeron y aprendieron estando en casa con
sus padres, y luego aplican esos valores en la sociedad convulsionada que
vivimos y por supuesto el resultado no es lo mejor.
Por
eso es importante, que en el ámbito familiar, criemos a nuestros hijos en el conocimiento
de la Palabra de DIOS. Esta nos muestra el camino hacia la salvación y nos
prepara para la perfección.
Podremos
amar a los demás en la medida que conozcamos el amor de DIOS y lo amemos a Él.
Dios
les bendiga abundantemente.
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