UN MOMENTO PARA PENSAR EN DIOS
¿QUÉ
NOS IMPIDE CONOCER LA VOLUNTAD DE DIOS?
El
punto de partida para conocer la voluntad de DIOS es una consagración
incondicional. Pero si uno desea avanzar en dicha voluntad, debe eliminar todos
los obstáculos.
Si somos obstinados, envidiosos, orgullosos o tenemos pequeños
problemas de índole semejante, estamos enfermos espiritualmente y no podremos
conocer la voluntad de DIOS.
Si
deseamos impedir que nuestro oído escuche algo, no necesitamos taparnos con una
vara o cualquier objeto grande; basta con un pequeño dedo. El mismo principio
se aplica al conocimiento de la voluntad de DIOS, un pequeño obstáculo será
suficiente para impedirnos conocer Su voluntad.
Alguien,
una vez, daba un paseo por un jardín. Después de un rato se cansó y se sentó en
unas sillas debajo de un árbol. Entonces, dijo: “Hay una estrella brillante en
el cielo, pero no puedo verla porque una hoja me impide verla.
Prosiguió
mirando al cielo, si alguien se me acerca y me habla de las muchas maneras de
ver la estrella, no podría verla aun cuando los métodos de observación que me
sugiriera fueran muy buenos.
La
razón es que mi posición no es la indicada; estoy parado en el lugar
equivocado”.
Las
palabras que esa persona nos explican que una pequeña hoja puede impedir que
veamos la luz de una enorme estrella.
Muchas
veces, cosas muy pequeñas ocultan la voluntad de DIOS. Si después de buscar la
voluntad de DIOS muchas veces, no obtenemos una visión clara, la solución no es
cambiar de método, sino buscar dentro de nosotros.
Si
descubrimos que no podemos conocer la voluntad de DIOS, esto indica que algo se
interpone entre nosotros y DIOS. Puede ser que ya DIOS nos haya hablado y que
no hayamos estado dispuestos a obedecerlo. Entonces, debemos eliminar estos
obstáculos.
Una
vez que hayamos puesto fin a estos problemas, conoceremos la voluntad de DIOS.
Para
conocer la voluntad de DIOS, debemos prestar atención a la persona más que a
los métodos. Nunca olvidemos que el Reino de los Cielos se rige por principios,
no por métodos.
También
puede suceder que un mismo método no se aplique a todas las personas.
“Y
dijo David a Saúl: no desmaye el corazón de ninguno a causa de él; tu siervo
irá y peleará contra este filisteo”.
(1
Samuel 17.32).
“Y
Saúl vistió a David con sus ropas, y puso sobre su cabeza un casco de bronce, y
le armó de coraza”. (Versículo 38).
“Y
ciñó David su espada sobre sus vestidos, y probó a andar, porque nunca
había hecho la prueba. Y dijo David a Saúl: yo no puedo andar con esto, porque
nunca lo practiqué. Y David echó de sí aquellas cosas”. (Versículo 39).
David
se ofreció para pelear contra Goliat, y Saúl le prestó su armadura. Pero como
no le ajustó bien, ni podía caminar con ella, decidió quitársela.
Dadas
las diferentes condiciones del hombre, DIOS ha designado diferentes maneras
para que éste lo conozca. Algunos le pueden conocer con cierta facilidad, más
para otros es muy difícil. En todo caso, DIOS tiene un camino para que el
hombre conozca Su voluntad.
Por
tal motivo, por todas y cada una de estas razones mencionadas, no debemos
tratar de aprender ningún método. Lo que tenemos que hacer es consagrarnos al
Señor, eliminar los obstáculos y mantener una relación personal con Él. Simple,
concreto y seguro.
Los
tiempos han cambiado, pero la vida en el evangelio sigue siendo una vida de
dependencia, no de independencia. Sus hijos estamos sujetos a la voluntad de
DIOS, no del hombre, pero para cumplirla, debemos conocerla previamente.
Dios
les bendiga abundantemente.
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