UN MOMENTO PARA PENSAR EN DIOS
¿QUIEN ES
VERDADERAMENTE JESUCRISTO?
El foco
central del libro de Apocalipsis es la majestad y la gloria de nuestro Señor
Jesucristo.
DIOS quiere
que conozcamos a su Hijo como lo que realmente es: nuestro Salvador, quien es
digno de nuestra adoración, alabanza, honor y gloria.
El apóstol
Juan dice en Apocalipsis 1. 17, 18: “Cuando le vi, caí como muerto a sus pies.
Y él puso su diestra sobre mí, diciéndome: No temas; yo soy el primero y el
último; y el que vivo, y estuve muerto; mas he aquí que vivo por los siglos de
los siglos, amén. Y tengo las llaves de la muerte y del Hades.”
Este libro nos ayuda a entender quien es Jesucristo. Nos dicen que él es "el primero y el último", el que resucitó de los muertos y que "vive por los siglos de los siglos."
Este libro nos ayuda a entender quien es Jesucristo. Nos dicen que él es "el primero y el último", el que resucitó de los muertos y que "vive por los siglos de los siglos."
Apocalipsis
19.16 dice que él es “Rey de reyes y Señor de señores.” Y en
Apocalipsis 1.8 Jesús declara: “Yo soy el Alfa y la Omega , principio y fin, dice
el Señor, el que es y que era y que ha de venir, el Todopoderoso.”
Él es el único con autoridad para abrir el libro de la vida, afirma Apocalipsis 5.5, y el versículo 12 nos muestra a Jesús como el Cordero inmolado que “es digno de tomar el poder, las riquezas, la sabiduría, la fortaleza, la honra, la gloria y la alabanza.”
Él es el único con autoridad para abrir el libro de la vida, afirma Apocalipsis 5.5, y el versículo 12 nos muestra a Jesús como el Cordero inmolado que “es digno de tomar el poder, las riquezas, la sabiduría, la fortaleza, la honra, la gloria y la alabanza.”
En
Apocalipsis 3.14 dice: “Y escribe al ángel de la iglesia en Laodicea: He
aquí el Amén, el testigo fiel y verdadero, el principio de la creación de
Dios.”
Cuando la Biblia declara que Jesús
es “el Amén”, quiere decir que él es el que garantiza y cumple las
promesas de DIOS.
Él es
el “Sí” divino a las oraciones de su pueblo, siempre y cuando éstas
estén de acuerdo con la voluntad de DIOS.
En Juan 16.33, Jesús les dice a sus discípulos: “En el mundo tendréis aflicción; pero confiad, yo he vencido al mundo.” Aquí el Señor declara lo que aún no había sido como si ya hubiera sido: su victoria en la cruz del Calvario. Y les promete que si confían, él les ayudaría en las pruebas que habrían de encontrar, y los llevaría junto con él a disfrutar de la victoria.
En Juan 16.33, Jesús les dice a sus discípulos: “En el mundo tendréis aflicción; pero confiad, yo he vencido al mundo.” Aquí el Señor declara lo que aún no había sido como si ya hubiera sido: su victoria en la cruz del Calvario. Y les promete que si confían, él les ayudaría en las pruebas que habrían de encontrar, y los llevaría junto con él a disfrutar de la victoria.
En
Apocalipsis 3.21, reafirma su promesa a aquellos que, confiando en él, han sido
victoriosos. Dice: “Al que venciere, le daré que se siente conmigo en mi
trono, así como yo he vencido, y me he sentado con mi Padre en su
trono.” Estas promesas están vigentes para nosotros en estos momentos. En
medio de tu prueba, confía en Aquel que venció a la muerte, que es Rey de reyes
y Señor de señores, el Todopoderoso, el Invencible.
Cuando llegamos a conocer a Jesús íntimamente, su carácter, su grandeza, su majestad, podemos proclamar con toda autoridad, como el apóstol Pedro: “A él sea la gloria y el imperio por los siglos de los siglos. Amén.” (1 de Pedro 5.11). Y cuando Jesús regrese a la tierra en toda su gloria, toda rodilla se doblará ante él, y toda lengua confesará a Dios, declara Romanos 14.11.
Cuando llegamos a conocer a Jesús íntimamente, su carácter, su grandeza, su majestad, podemos proclamar con toda autoridad, como el apóstol Pedro: “A él sea la gloria y el imperio por los siglos de los siglos. Amén.” (1 de Pedro 5.11). Y cuando Jesús regrese a la tierra en toda su gloria, toda rodilla se doblará ante él, y toda lengua confesará a Dios, declara Romanos 14.11.
Nadie podrá
negar su majestad, su poder y su autoridad. Y entonces los que hemos sido
redimidos por la sangre del Cordero de DIOS, nos uniremos al coro celestial
diciendo en voz muy alta: “Gocémonos y alegrémonos y démosle gloria;
porque han llegado las bodas del Cordero, y su esposa se ha preparado. Y a ella
se le ha concedido que se vista de lino fino, limpio y resplandeciente; porque
el lino fino es las acciones justas de los santos.” (Apocalipsis 19.7-8)
¿Estás preparado para ese día glorioso? ¿Estás ansiosamente esperando el momento en que Jesús vuelva para llevar a sus amados siervos a las mansiones celestiales?
¿Estás preparado para ese día glorioso? ¿Estás ansiosamente esperando el momento en que Jesús vuelva para llevar a sus amados siervos a las mansiones celestiales?
Quizás ese
momento esté más cerca de lo que nos imaginamos.
Si tienes la
seguridad de que estarás con él por la eternidad, ¡Gloria a Dios! Pero si por
alguna razón no tienes esa seguridad, escucha la invitación que hace
Jesús: “He aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre
la puerta, entraré a él, y cenaré con él, y él conmigo.” (Apocalipsis 3.20).
Tú puedes
recibir a Jesús ahora mismo, abriendo la puerta de tu corazón y aceptándolo
como tu Salvador personal.
Confiesa tus
pecados, y su sangre derramada en la cruz los lavará y serás justificado
delante de DIOS. Entonces recibirás el regalo de la vida eterna.
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