viernes, 8 de diciembre de 2017

Un momento... EL PODER DE LA INFLUENCIA



UN MOMENTO PARA PENSAR EN DIOS
EL PODER DE LA INFLUENCIA

Todos, absolutamente todos hemos sido influenciados por alguien o por algo. La influencia pudo haber venido de un familiar, un amigo, un maestro, un artista, un actor, un cantante, de un famoso o simplemente de un evento, suceso, o experiencia de la vida. La influencia puede ser clasificada de manera general en dos, una positiva y la otra negativa. Aunque puede ser clasificada en otra forma, educativa, religiosa, ideológica, sentimental, familiar, espiritual y hasta sociológica.
Yendo más a fondo, El poder que esta ejerce en los demás y de la magnitud de influencia que se ejerza depende el ambiente, estado de ánimo, proyección, y resultados que se darán en determinado grupo de personas o lugar en el cual se está.
La palabra “influencia” según el diccionario, es la capacidad que tiene una persona de determinar o alterar la forma de pensar o de actuar de otra u otras. Es la capacidad de controlar y modificar las percepciones de los demás. De manera que todos podemos influenciar con nuestra personalidad, con nuestras acciones, y con las cosas que no hacemos.
DIOS nos da el poder de ejercer influencia sobre otros, pero debemos usarlo para ejercer influencia positiva y no negativa sobre los demás; vemos por ejemplo lo que paso en el jardín del Edén que a causa de la mala influencia de la serpiente Adán y Eva perdieron todo lo bueno que tenían.
DIOS no necesita perfectos o solo a pastores o a líderes, necesita gente que quiera hacer la diferencia y ser de influencia.
Todos tenemos la capacidad de generar un milagro, porque los milagros los hacen aquellos que tienen fe y creen que el poder de DIOS los acompaña.
El diseño original de DIOS para nosotros tiene que ver con ser alguien de influencia, pero primero debemos tener un corazón alineado con el de DIOS por medio de su Palabra.
Es como en las familias que siempre hay alguien de influencia, hay uno que se convierte en la familia y rápido empieza a hablar de la Palabra de DIOS y a querer influenciar a otros para que vayan por el camino correcto y siempre habrá otro familiar que disfruta de la fiesta y otras cosas, que también quiere influenciar a la familia. El primer lugar que debemos influenciar, es nuestra casa y lo haremos por medio de nuestra actitud y nuestras acciones. Debemos tener en casa una buena actitud y hacer esas acciones que inviten a hacer un cambio.
Una familia influenciada por valores, principios, disciplinas, y convicciones espirituales y bíblicas asegura la estabilidad no solo de la primera y segunda generación sino hasta la tercera (Deuteronomio 6.5 - 9).
Es que la influencia que tiene una madre y un padre sobre los hijos que luego serán los padres, es sorprendente. De manera que, todo papá y toda mamá, debe revisar la calidad de influencia que está ejerciendo en su hogar, porque de esta depende que los hijos vengan a ser excelente influenciadores en la sociedad del mañana (Proverbios 22.6).
Debemos identificar las buenas influencias, nuestra responsabilidad es fijarnos en aquellos que pueden ayudarnos a crecer espiritualmente.
El Señor Jesús enseñó a sus discípulos y a nosotros hoy, que debemos ser sal y luz del mundo.
Luz y sal no es otra cosa que ser agentes decisivos para la transformación del mundo. Testimoniar que nuestra condición de cristianos determina que somos partícipes en los procesos de cambio y crecimiento, a nivel personal y espiritual nuestro, pero también en los que experimentan los demás.
Dios les bendiga abundantemente.

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