UN MOMENTO PARA PENSAR EN DIOS
INCREDULIDAD
EN LA NAVIDAD
La
incredulidad se expresa a través de la negación, el rechazo, la indiferencia,
la irreverencia y el libertinaje. Esto puede darse de manera colectiva en los
movimientos u organizaciones o de manera individual donde cada persona decide
negar o rechazar a Jesús.
Desde el
principio de la era cristiana, han existido personas, movimientos y debates que
han negado o rechazado al Jesús humano o al Jesús divino.
Sí, porque
algunos se ha opuesto a la humanidad de DIOS y otros a la divinidad de Jesús.
Uno de estos movimientos fue el gnosticismo.
En esta
temporada de celebración navideña la incredulidad es expresada abierta directa
o indirectamente, objetiva o subjetivamente, religiosa o paganamente, cristiana
o anticristianamente.
Se puede
cuestionar sobre la fecha, o si la iglesia del primer siglo la celebro o no,
pero no se cuestiona el hecho, todos aceptan que en Belén, nació el niño Jesús.
La
incredulidad es una manipulación ejercida por satanás en contra de la verdad
que Jesús es DIOS.
Ahora bien,
la incredulidad consiste, en negar que el niño que nació en el pesebre es DIOS,
cuando Fil. 2:5-8 dice que es DIOS: “Tengan los mismos sentimientos de Cristo
Jesús, quien, a pesar de su condición divina, no hizo alarde de ser igual a
Dios; sino que se vació de sí y tomó la condición de esclavo, haciéndose
semejante a los hombres. Y mostrándose en figura humana se humilló, se hizo
obediente hasta la muerte, y una muerte en cruz”.
Hay
movimientos falsos que niegan la
Deidad de Jesús, aceptan su humanidad más no su divinidad.
También a nivel popular la incredulidad es mayor cuando se celebra el
nacimiento de Jesús, pues aunque lo celebran, no creen en él, no lo honran, no
lo adoran y no lo obedecen. Aparentan religiosidad o una falsa piedad y luego
se dedican al libertinaje. Comienzan con los pretextos sociales, compromisos
familiares y terminan desprestigiando su identidad o al mismo Jesús. Otros
consideran la navidad de manera religiosa al asistir a una iglesia para
contemplar el nacimiento de Jesús pero minutos más tarde dan rienda suelta a
sus deseos carnales.
¿No es todo
esto, incredulidad? Vea la navidad como la vea, si rechaza a Jesús, aun
permanece en la incredulidad.
Celebrar la
navidad sin reconocer que el niño que nació en el pesebre, es DIOS, es negar el
verdadero significado de la navidad.
Reconocerlo
es creer en él y obedecerlo viviendo apegado a la Biblia , controlado por el Espíritu
Santo, lleno del amor de DIOS y comprometido con la misión de Jesús.
Es así que,
lo bueno o malo que hagamos mientras vivamos, es igual a negar o rechazar a
Jesús si no lo reconocemos en nuestro corazón. Todo lo que hagamos para
celebrar la navidad, no tiene valor si no está el Jesús en el pesebre, pero
solo con el niño en el pesebre no vale nada si no se reconoce que quien nació
en el pesebre es DIOS.
La gran
pregunta seria ¿Reconoceremos que Jesús es DIOS o lo negaremos en esta navidad?
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