viernes, 8 de diciembre de 2017

Leyendo... Salmo 78



LECTURA DIARIA:
Salmo 78

El salmista quiere enseñar a sus destinatarios; y lo hace considerando las desobediencias del pueblo y recordando las grandes maravillas que Dios ha hecho. Así contrasta la ingratitud y la infidelidad de Israel con la fidelidad y la misericordia de Dios. Sigue las enseñanzas de Moisés en Deuteronomio. 
Israel conoce a Dios de dos maneras: por la acción divina y por la ley, ambas son necesarias. La ley en sí es una combinación de relatos e instrucciones. Como hace Deuteronomio, el salmista enfatiza la gran necesidad de que cada generación enseñe a sus hijos lo que Dios ha hecho en su propia historia y lo que Dios quiere de cada uno. Es una responsabilidad que Dios encargó a cada uno. Los padres deben enseñar para que sus hijos confíen en Dios, para que no olviden sus obras, para que guarden sus mandamientos y para que no caigan en los errores de sus padres.
El salmista recuenta los grandes milagros que hizo Dios a favor de su pueblo en el éxodo y en el peregrinaje en el desierto. Los israelitas conocían bien la historia; habían mantenido vivas estas tradiciones. Reconocieron que Dios les salvó, les mantuvo y les formó su nación. La fe bíblica es una fe arraigada en hechos históricos, hechos de la acción de Dios en eventos históricos específicos.
El concepto de fe en el AT no es sólo aceptar algo intelectualmente; es una actitud hacia Dios que toma en serio sus mandatos y sus promesas.
Siempre se destaca la paciencia y la misericordia de Dios y esto nos aumenta la fe.

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