UN MOMENTO PARA PENSAR EN DIOS
EL MEJOR
RECONOCIMIENTO EN TU VIDA
Los primeros
doce versículos del capítulo 2 del Evangelio de Mateo nos habla de unos magos
de oriente que llegaron a Jerusalén ante el nacimiento de Jesús.
No se sabe
mucho de estos magos (sabios). No sabemos cuántos fueron ni de dónde vinieron.
La tradición dice que eran hombres de alta posición de Partia, cerca de la
antigua Babilonia. Otros que eran judíos de los que permanecieron en Babilonia
después del exilio, y por eso conocían la promesa del Antiguo Testamento acerca
de la venida del Mesías. Quizás eran astrólogos orientales que estudiaban
manuscritos antiguos de todo el mundo. Debido al exilio judío de siglos
anteriores, seguramente había ejemplares del Antiguo Testamento en su tierra.
Puede ser que
recibieran un mensaje especial de DIOS y dirección para encontrar al Mesías.
Algunos eruditos dicen que eran de diferentes lugares, y que representaron al
mundo entero al postrarse ante Jesús.
Aquellos
hombres de tierras lejanas reconocieron en Jesús al Mesías cuando la mayoría de
los elegidos de DIOS en Israel no lo hicieron.
Mateo
describe a Jesús como Rey de todo el mundo, no solo de Judea.
En la lectura
a la ligera de este pasaje puede apreciarse algunas reacciones de
reconocimiento de quien es el que ha nacido. Por un lado vemos a los magos del
oriente que lo reconocen como rey de los judíos y DIOS mismo hecho carne al
postrarse para adorar al niño recién nacido.
Por el otro
lado vemos a Herodes quien aún cuando buscaba deshacerse del niño recién
nacido, estaba reconociendo públicamente que en Jesús sentía un fuerte rival de
su trono. Lo llama rey de los judíos, el Cristo, y el profeta guiador.
Ahora bien,
aquí encontramos la lucha espiritual anunciada desde Génesis 3.15: “Pongo enemistad entre ti y la mujer,
entre tu descendencia y la suya: ella te herirá la cabeza cuando tú hieras su
talón”, entre satanás y Jesús.
Satanás es
nuestro enemigo, él hará todo lo posible para hacer que sigamos su camino de
maldad y muerte. La frase "Tú le herirás en el calcañar" se refiere a
los intentos constantes de satanás de derrotar a Cristo durante su vida en la
tierra. "Esta te herirá en la cabeza", anuncia la derrota de satanás
cuando Cristo se levantó de la muerte. Un golpe al talón no es mortal, pero uno
asestado en la cabeza sí.
Ya DIOS
estaba revelando su plan para derrotar a Satanás y ofrecer salvación al mundo
por medio de su Hijo Jesucristo.
Herodes es
instrumento de satanás quien busca impedir el nacimiento del que será el rey,
esto es un reconocimiento de quien es Jesús.
Satanás lo
sabía y por esa razón buscaba impedirlo. Hay un accionar soberano de DIOS, al
usar como instrumentos a los magos.
Lo más bello
de este pasaje es el reconocimiento público de que el niño que nació de María
es Jesús de Nazaret, profetizado desde Génesis 3.15, los magos lo reconocen
como DIOS mismo hecho carne.
Filipenses 2
versículos 5 al 7 describe como la encarnación de Jesús fue el acto de
preexistencia del Hijo de DIOS, que voluntariamente adoptó un cuerpo y una
naturaleza humanos. Sin dejar de ser DIOS, se convirtió en un ser humano, el
hombre llamado Jesús.
No renunció a
su deidad para convertirse en humano, sino que dejó a un lado el derecho a su
gloria y su poder. En sumisión a la voluntad del Padre, limitó su poder y su
conocimiento.
Jesús de
Nazaret estaba sujeto a lugar, tiempo y a muchas otras limitaciones humanas. Lo
que hizo única su humanidad fue su libertad del pecado. En su completa
humanidad, Jesús nos mostró todo lo que puede expresarse, en términos humanos,
relacionado al carácter de DIOS.
Juan 1.11-12
dice que todos tenemos la gran oportunidad de llegar a ser hijos de Dios,
libres de condenación, si tan solo lo reconocemos como nuestro Salvador
personal.
Así lo dice la Biblia , “Porque de tal
manera amó Dios al mundo, que dio a su Hijo Unigénito, para que todo aquel que
en él crea no se pierda mas tenga vida eterna”. (Juan 3.16)
No es una
oración mágica, es una oración de fe, y si la haces con fe, la Biblia dice que en el momento
de hacerla, DIOS te hace su hijo para siempre (Juan 1.12)
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