sábado, 16 de diciembre de 2017

Leyendo... Salmo 86



LECTURA DIARIA:
Salmo 86

El salmista empieza con un clamor: Escúchame. En los Salmos, los salmistas siempre están seguros de que Dios escucha. Habla de su relación con Dios, tu siervo en ti confía hace hincapié en su sumisión y fe en Dios. 


El salmista da por sentado su misericordia. Aun así clama todo el día. La frase levanto mi alma indica sus anhelos de la comunión y socorro de Dios.
El salmista quiere la dirección de Dios. “Caminar en la verdad” es un hábito y un estilo de vida. El temor de Dios va con una vida ordenada. Dios da propósito a la vida del creyente. Te alabaré… con todo mi corazón.
Los salmos nos enseñan cómo orar. En el versículo 17 pide una respuesta palpable para que los enemigos de Dios se den cuenta de que él es poderoso y contesta a los suyos. Y el salmista no olvida de añadir de que Dios respondió: me ayudaste y me consolaste.
Los salmistas nunca dudan de que Dios responde. Podemos confiar en que El conoce nuestra situación, no importa cuán desesperada se vuelva. El tiene cuidado de nosotros.

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