jueves, 14 de diciembre de 2017

Un momento... COMO RESISTIR LA TENTACIÓN



UN MOMENTO PARA PENSAR EN DIOS
COMO RESISTIR LA TENTACIÓN

Jesús experimentó toda tentación sin pecar, Jesús puede mirarnos a los ojos y decirnos; “yo sé lo que estas sintiendo, yo sé cómo es la tentación, yo no cedí, y puedo ayudarte a no ceder”
A veces la tentación nos seduce con su atractivo diseño exterior, parece ser todo lo que estábamos buscando, incluso puede parecer el camino hacia una b
uena meta.
Justo después del bautismo, el Espíritu Santo condujo a Jesús al desierto para ser tentado, es importante tener en cuenta que satanás no llevo a Jesús al desierto, fue el Espíritu Santo quien lo llevó hasta allí. Este enfrentamiento tuvo lugar durante 40 días. Fue DIOS quien guío a su hijo en el desierto y lo acompañó en la batalla en su momento más débil.
Jesús tuvo que limitarse a sí mismo durante toda su vida. Jesús podía borrar a satanás de la faz de la tierra, pero primero debía llegar a la cruz para convertirse en el Salvador del mundo.
Jesús era totalmente DIOS y totalmente hombre, en su deidad no había perdido nada de humanidad y en su humanidad no había demostrado nada de su deidad. Vino para revelarnos al Padre, sin pecado original, sólo Él tenía acceso a DIOS.
En Lucas 4.3 dice “Y vino a él el tentador, y le dijo: Si eres Hijo de Dios, di que estas piedras se conviertan en pan”.
El diablo dice, ¿Tienes hambre, estás hambriento?, tienes el poder para convertir esta piedra en pan, eso es lo que tú necesitas, y eso es lo que quieres. Todo lo que tienes que hacer es decir una palabra y hacerlo. Si tú eres el Hijo de DIOS, y si tienes ese poder, entonces pruébamelo. “Di que la piedra se convierta en pan”. “Él respondió y dijo: Escrito está: No sólo de pan vivirá el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios”.
“Escrito está” estas palabras son seguras, estas palabras son puestas por DIOS, y así, cuando Jesús dice; “no sólo de pan vivirá el hombre” está citando Deuteronomio 8.3, ahí vemos cómo DIOS proveyó el mana del cielo en el desierto, el mana, no para un mes, o para una semana, sino un día a la vez, ellos tuvieron el mana y se lo comieron, pero al día siguiente sucedió lo mismo y así, día tras día vino la provisión de parte de DIOS, después de un tiempo se dieron cuenta de que no es el pan lo que los mantenía vivos, sino el dador del pan. Es DIOS mismo quien nos mantiene vivos.
La segunda tentación está en Lucas 4.8-9, “Otra vez le llevó el diablo a un monte muy alto, y le mostró todos los reinos del mundo y la gloria de ellos, y le dijo: Todo esto te daré, si postrado me adorares.” ¿No era eso justamente lo que merecía Jesús? ¿No vino justamente para ser adorado? El diablo le muestra todos los reinos de este mundo en alta definición, sólo debe rendirle culto a él y todo sería suyo, en el Salmo 2, un Salmo profético dice, “Pídeme, y te daré por herencia las naciones, y como posesión tuya los confines de la tierra”. Sabemos que posteriormente al final de los tiempos toda rodilla se doblará y toda lengua confesará que Jesús es el Señor.
Satanás le va a dar lo que Jesús merece, sólo que lo va a hacer utilizando un inesperado atajo. El plan de DIOS implicaba el sufrimiento y la cruz, Apocalipsis 5 dice “vendrán de toda tribu lengua y nación y adoraran a Jesús”, el plan de DIOS era el Reino a través de la cruz, el plan del enemigo era el reino sin la agonía de la cruz.
Satanás sabe todo acerca de los atajos, pero Jesús citó el Antiguo Testamento, “Respondiendo Jesús, le dijo: Vete de mí, Satanás, porque escrito está: Al Señor tu Dios adorarás, y a él solo servirás”.
La tercera tentación, está en el versículo 5, “Entonces el diablo le llevó a la santa ciudad, y le puso sobre el pináculo del templo, y le dijo: Si eres Hijo de Dios, échate abajo; porque escrito está: A sus ángeles mandará acerca de ti, y, En sus manos te sostendrán, Para que no tropieces con tu pie en piedra”.
Satanás lo lleva hasta ahí y le dice que se tire hasta abajo y que los ángeles, de acuerdo a lo escrito en el Salmo 91 no permitirán que sus pies caigan en la tierra, nuevamente le presenta un atajo sin la cruz, pero “Respondiendo Jesús, le dijo: Dicho está: No tentarás al Señor tu Dios”.
Lucas 4:13 dice “Y cuando el diablo hubo acabado toda tentación, se apartó de él por un tiempo”.
Aquí esta nuestro Salvador, ganando la batalla en el desierto. Jesús nunca tomo un atajo. (Filipenses 2. 6 – 8).
Jesús fue tentado por satanás toda su vida, pero Jesús nunca se rindió, nunca uso su divinidad para provecho de Él.
Satanás siempre nos tienta en momentos de mayor debilidad. Existe una tendencia a pecar y él lo sabe, él sabe que no siempre medimos las consecuencias del pecado, él nos tentará con cosas que aparentemente son buenas, pero que están fuera de los límites. No hay nada malo en comer pan, y no hay nada malo en adorarle a Jesús, pues para eso fue que vino, pero sin atajos, recuerda “la tentación es la seducción de un deseo dado por DIOS más allá de los límites que DIOS les ha dado”.
Jesús acepto toda tentación, pero sin pecar. “Porque no tenemos un sumo sacerdote que no pueda compadecerse de nuestras debilidades, sino uno que fue tentado en todo según nuestra semejanza, pero sin pecado” (Hebreos 4.15).
Jesús puede mirarte a los ojos y decirte; “yo sé lo que estas sintiendo, yo sé cómo es la tentación, yo no cedí, y puedo ayudarte a no ceder” Tú puedes decir yo soy diferente, mis tentaciones son diferentes y especiales, pero aquí hay algo para todo aquel que piensa que sus tentaciones son un caso especial.
(1 de Corintios 10.13).
Nunca te enfrentaras a una tentación como si fuera una ola gigantesca, nunca estarás más allá de lo que puedas soportar, pero cuando seas tentado, y lo serás, recuerda que la tentación no es pecado, ceder a esa tentación si lo es.
¿Por qué Jesús no peco? No porque era suficientemente fuerte como para no pecar, sino porque no quiso pecar, Él va a proporcionarnos la salida, no somos fuertes como para no pecar, sencillamente no queremos pecar.
Hebreos 4.16 dice, “Acerquémonos, pues, confiadamente al trono de la gracia, para alcanzar misericordia y hallar gracia para el oportuno socorro”.
“Confiadamente” Significa libertad para hablar y decirle Padre aquí estoy de nuevo necesito de tu ayuda.

Dios les bendiga abundantemente.

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