miércoles, 6 de diciembre de 2017

Leyendo... Salmo 76



LECTURA DIARIA:
Salmo 76

Este Salmo celebra una victoria sobre los enemigos. Sin embargo, el lenguaje desborda este escenario para aplicarse a todas las victorias de Dios y, en la óptica neotestamentaria, a la victoria sobre los enemigos espirituales, las huestes de maldad. 
Dios es conocido o “se hace conocer”, se revela en Judá, su pueblo, donde él mismo se revela. ¡Qué privilegio es ser parte del pueblo de Dios y conocerlo! Es en este pueblo que su nombre es grande. Lo que hace su pueblo debe exaltar su nombre. Dios es omnipresente, pero su morada especial está en su pueblo.
Lo mínimo que Dios exige de nosotros es obediencia. Esta es la clave del temor de Dios. El temor de Dios no es vivir constantemente aterrorizado y a la espera de que en cualquier momento Dios nos va a castigar con la más horrible de las penas que a él se le pueda ocurrir. El temor de Dios es simplemente la obediencia que el se merece como creador que es de nosotros.

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