martes, 19 de diciembre de 2017

Leyendo... Salmo 89

LECTURA DIARIA:
Salmo 89

Este Salmo, como varios otros, empieza como un himno, enfatiza la alabanza y una parte clave es un lamento o súplica de la comunidad. El salmista mantiene una fe profunda en Dios, cree sus promesas, pero parece que Dios las ha abandonado; no entiende cómo Dios está actuando en el mundo. 


El salmista está seguro de que las promesas de Dios durarán para siempre, de modo que él también alabará a Dios para siempre. Todo el salmo pone énfasis en el hecho que Dios había dicho que el pacto davídico era para siempre.
Dios es rey soberano, presenta una larga sección de alabanza a Dios por su majestad, porque es Señor de todo y es santo y justo.
El versículo 10 usa la figura literaria de Rahab que en la mitología cananea representaba un monstruo marino que a veces venció al dios Baal. Pero aquí es sólo figura literaria para indicar que Dios ha vencido a todos los poderes opositores; en su universo puede haber rebeldes pero no hay rivales. Nos señala hacia la gran victoria de Cristo sobre todos los poderes malignos opositores.
La segunda parte versículos 19-27 habla de la elección y unción de David como rey; los versículos 28-37 se ocupa de las promesas a la descendencia de David.
Los versículos siguientes describen una situación de derrota y destrucción. El salmista no entiende por qué Dios no hace algo, ya. Pierde la paciencia. En los versículos 47, 48 recuerda a Dios que él es sólo un ser humano pasajero. En los versículos 49-51 apela a la misericordia de Dios. El salmista demuestra una fe profunda; no entiende por qué Dios permite el fracaso del rey davídico, pero sigue confiando y termina bendiciendo a Dios.

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