miércoles, 5 de septiembre de 2018

Un momento... ES MÁS BELLO PERO NO LO HACEMOS



UN MOMENTO PARA PENSAR EN DIOS
ES MÁS BELLO PERO NO LO HACEMOS

Si hay algo que embellece a una iglesia, pero que no siempre se da en todos, es el amar como Cristo nos amó.
   
Si hay algo que enaltece a un matrimonio, pero que no siempre se practica, es el amarse como Cristo nos amó.   
Si hay algo que se admira de una persona, pensando en un cristiano, es que ame a todos como Cristo le amo, pero no siempre se da.    
Cuando una iglesia, un matrimonio y un cristiano entiende que amar como Cristo nos amó, no solo es una responsabilidad y una obligación por la nueva identidad en Cristo sino que es un privilegio y una enorme bendición que DIOS da, que da paz, y felicidad; todos nos esforzaríamos por hacerlo.
Si el amar como Cristo nos amó es una experiencia y una sensación tan bella y refrescante; ¿Por qué muchos nos resistimos a practicarlo?  
Amar como DIOS nos ama, es importante, porque ese amor viene de DIOS y siendo que ya somos hijos de DIOS, ya recibimos todos ese amor (Romanos 5.5).
Por ende, quien no ama, aunque este dentro de la iglesia, como dice el apóstol Juan en su primera carta, esta persona no conoce a DIOS. (1 Juan 4.8).
Todo aquel que ya es nacido de DIOS, ya conoce a DIOS; le es menester amar a todos como Cristo nos ha amado. (1 Juan 4.7- 11).
Así que, el ser amado por DIOS, el tener el amor de DIOS es un privilegio, una bendición, pero también es una obligación y una responsabilidad por lo que somos, nuestra nueva identidad, nuestra naturaleza divina nos exige expresar amor a todos.
Juan dice en el v.20, “si alguno dice que ama a Dios pero aborrece a su hermano, es mentiroso”.  
¿Amamos nosotros a todos los hermanos?   Esta verdad nos confronta, porque señala, o por lo menos advierte, si en caso se da en una iglesia esto, que hay personas por su orgullo, indiferencia, o falta de perdón o simplemente por desobediencia pero no están amando a todos como Cristo le ha amado. 
¿A quiénes amó Jesús?  
Él amó a todos, Juan 3.16; Romanos 5.8, amó a quienes lo aborrecían, a quienes le insultaban, a quienes lo perseguían para hacerle mal y a quienes lo golpeaban. 
El desafío más grande esta en amar a quien nos hace mal, a quien nos ofende con facilidad, a quien nos es difícil amar. 
Es muy fácil amar al que nos ama, al que nos alaga, al que nos ayuda, al que nos trata bien, al que siempre está de acuerdo conmigo, al que me saluda muy bien, a quien me invita a comer, a quien no se opone a mis ideas. 
Pero cuán difícil es amar a quienes hacen todo lo opuesto, y ahí está el desafío, el reto, la exhortación de DIOS, amemos a todos, como Cristo nos amó, basado en los parámetros de DIOS en la Biblia.
Dios les bendiga abundantemente.

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