jueves, 6 de septiembre de 2018

Un momento... EL QUE LO HACE Y EL QUE LO CONSIENTE SON CULPABLES



UN MOMENTO PARA PENSAR EN DIOS
EL QUE LO HACE Y EL QUE LO CONSIENTE SON CULPABLES

Seguro que ya ha escuchado este dicho, “hechor y consentidor pagan por igual”.  Quien comete el pecado y el que lo encubre, ambos son culpables por igual.  
 
Quien  arma todo plan y el que lo ejecuta, los dos son responsables, los dos deben ser juzgados, y por ende los deben ser culpados.   Aunque en la realidad no siempre se juzga de esta manera, pues el foco de señalamiento está en el hechor, en el ejecutor, en el que realiza el delito, pero se olvidan que detrás de este puede haber uno o más, aun hasta toda una organización.  
Esto se vuelve muy importante entender, pues es delicado delante de DIOS el ser cómplice de algo ya sea por vista, oído y hablado.  
Si alguien ve, escucha, o es sabedor de que una persona está haciendo  algo malo, decide callarlo, es culpable como la persona que lo hace.
Proverbios 17 en el versículo 15 dice: “El que justifica al impío y el que condena al justo, Ambos son igualmente abominables a Jehová”.
¿Encontramos similitud con el refrán “Hechor y consentidor pagan por igual?
Quien justifica, defiende, acepta, tolera, o está defendiendo al culpable en el sentido que considera que es válido lo malo que hizo, es un consentidor, pues a lo malo se le debe llamar malo en todos lados, sabiendo que esto tiene consecuencia y el culpable deberá asumir las consecuencias.   Y la otra parte, quien condena al justo sabiendo que es inocente, que está en la verdad, que no ha hecho nada malo, también es consentidor, y culpable, ya que a alguien o a algo,  u  otra motivación incorrecta está encubriendo, y debe ser castigado también.
Los dos casos se dan en este tiempo, a veces descaradamente al ver eso con toda normalidad, y a veces encubiertamente que nadie lo puede ver, pero detrás hay toda una actuación corrupta.
La Biblia dice, ambos son abominación a Jehová. Ambas acciones son pecaminosas, y a DIOS ofenden, por lo tanto deben ser censuradas, y castigadas.  
Cuando una persona por no meterse en problema decide no abrir su boca aun cuando vio, oyó o vio a alguien hacer algo malo o incorrecto, ambos son culpables.
Una de las semejanzas de José con Jesús es que ambos dijeron la verdad aun cuando significo para José el ser vendido como esclavo y Jesús hasta crucificado. 
Es mejor decir la verdad aun cuando esta duela, en vez de esconderla convirtiéndonos en cómplices. Lo único es que se debe saber decir la verdad, con amor, sabiduría, cuidado y consideración pero con carácter y humildad.  
No callemos cuando es necesario hablar, porque si no lo hacemos para evitar problemas, sabiendo que de por medio hay pecado, somos culpables delante de DIOS. Hechor y consentidor, ambos son culpables.
Dios les bendiga abundantemente.

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