LECTURA
DIARIA:
Ezequiel
capítulo 42
Aquí
prosigue la descripción del recinto sagrado.
El
profeta es llevado por su guía hacia el atrio exterior y entra en un edificio
hacia el norte, frente al edificio anejo al santuario. Este edificio constaba
de dos series de cámaras en tres pisos, con un corredor en el medio. La
longitud de este edificio era diferente en el sector que daba al santuario (100
codos) y en el que daba al atrio exterior (50 codos). Había una entrada del
lado oriental hacia este anejo, probablemente por el corredor entre las dos
series de cámaras. La disposición del anejo del mediodía era totalmente igual a
la descrita en el lado septentrional. Tenemos, pues, que a los dos lados del
santuario había dos edificios anejos para los sacerdotes, como se describe a
continuación.
Destino
de las cámaras del edificio añejo. El destino de estas cámaras laterales era
principalmente el facilitar a los sacerdotes que comieran en ellas las partes
que les pertenecían de los sacrificios santísimos y de las ofrendas por el
pecado y por el delito. Las partes consumibles de estos sacrificios eran
sagradas y, por tanto, debían comerse en lugar apropiado, no fuera del recinto
del templo. Las oblaciones propiamente tales consistían en ofrendas de
productos vegetales, sólidos o líquidos, sin derramamiento de sangre. Los
sacrificios por el pecado son sacrificios expiatorios por pecados de comisión
que no herían los derechos del prójimo. En ellos, parte de la víctima se
quemaba sobre el altar, y la otra se reservaba a los sacerdotes. Los
sacrificios por el delito eran también expiatorios por daños ocasionados al
prójimo con omisiones o comisiones. Una segunda finalidad de las susodichas
cámaras del edificio anejo era para depositar las vestiduras, pues no era
lícito salir con los vestidos de ceremonia al lugar profano.
Finalmente,
el profeta da las dimensiones de todo el conjunto de edificaciones del recinto
sagrado. Según estas medidas, el conjunto formaba un colosal cuadrado de 500
codos de lado. El muro exterior separaba lo profano de lo sagrado. Los fieles
que se acercaran a la casa de Yahvé debían pensar en el significado de estos
muros y construcciones, símbolo de la separación de Yahvé — que habita en
inaccesible santidad — y lo profano o común.
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