miércoles, 19 de septiembre de 2018

Leyendo... Ezequiel capítulo 32



LECTURA DIARIA:
Ezequiel capítulo 32

Sexto oráculo contra Egipto, fechado en marzo de 585 a.C.
El oráculo toma forma de lamento funerario;  Dios extenderá sus ramas sobre Faraón y dejará que sirva de alimento a las aves del cielo y todas las bestias del campo. Las tinieblas lo cubrirán todo como en el Día del Señor y Egipto quedará asolado.
Esta profecía se dio en 585 a.C., dos meses después de que las noticias de la caída de Jerusalén llegaran a los cautivos en Babilonia. Ezequiel profetizó numerosos juicios sobre muchas naciones malvadas. Estos juicios sirvieron para un propósito positivo: mostrar que las fuerzas del mal son siempre derrotadas y que un día  Dios destruirá todo mal, haciendo de este mundo un lugar perfecto, tal como lo planeó en un principio. También sirven como advertencias de que solo  Dios es soberano. Incluso los gobernantes más poderosos, como el Faraón, caerán ante  Dios. Todos son responsables ante El.
A pesar de que Faraón se creyó un león, ante los ojos de  Dios no era nada más que un «dragón» que enturbiaba las aguas. El juicio de  Dios se reduciría a la verdadera medida de Faraón. Todo aquel que desafía a  Dios enfrentará su juicio.
Séptimo y último oráculo contra Egipto, fechado quizás en abril de 586 a.C. Este oráculo también es un lamento o endecha funeraria dirigida contra el Faraón y todos los egipcios.
Un personaje típico (quizás su más reciente monarca), personifica las distintas naciones, y los sepulcros de sus guerreros las rodean por todas partes. El lenguaje poético de este oráculo tiene carácter simbólico. No debemos tratar de determinar el estado en que están los muertos basados en este pasaje. Su mensaje es que Egipto seguirá la senda de las naciones que han olvidado a  Dios.
Los hebreos creían en la existencia más allá de la muerte para todos, buenos y malos. El mensaje de Ezequiel daba por sentado que a las naciones malvadas ya las enviaron allí (a la «sepultura») y que Egipto pronto las seguiría. Las palabras aquí son más poéticas que doctrinales. A los egipcios les preocupaba el más allá (las pirámides se construyeron con el propósito de asegurar la comodidad del Faraón en el más allá). Recordemos que el intento de controlar la vida después de la muerte y olvidar a  Dios es tonto. El controla el futuro y la vida después de la muerte.
Todas las demás naciones se juzgarían por su rebelión contra  Dios, Babilonia también lo sería. Estas palabras habrán animado a los cautivos.

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