lunes, 17 de septiembre de 2018

Un momento... EL SECRETO PARA VIVIR EN PAZ



UN MOMENTO PARA PENSAR EN DIOS
EL SECRETO PARA VIVIR EN PAZ

La Biblia dice, “en cuanto dependa de vosotros, estad en paz con todos” (Romanos12.18).
 Aparentemente, lograr esto es fácil, sin embargo, es muy difícil, aunque no imposible.
Requiere sabiduría, amor, humildad, comprensión, madurez, dominio propio y un sentido de humanidad. Vivir en paz con todos es hermoso y gratificante porque da libertad, confianza y alegría no solo pensar, sentir y actuar.
Hay armonía, comunicación, participación, cooperación, y un profundo deseo de vivir en medio de los que le rodean.
¿Cómo lograr esto que en algunas veces parece una utopía?
El camino a la paz es el respeto que tenemos hacia los demás, comenzando con DIOS, su Palabra, y al prójimo por ser creados por DIOS.
Este es uno de los vacíos más grande de nuestra sociedad y la mayor responsabilidad que tenemos nosotros los padres.
Enseñar, modelar, e influenciar lo suficiente a nuestros hijos al punto que deseen imitarnos y estén listos para vivir en paz en esta sociedad. El respeto ha de ser igual para el presidente, el gobernador, a los representantes en la cámara, a los senadores, diputados, intendentes, a los policías, a todos los que están en puesto de autoridad.
Obedecer es hacer el bien y esto agrada a DIOS porque es hacer la voluntad de DIOS. El respeto a los demás, es el camino hacia una vida de paz y armonía.
El triunfo de un país, de una sociedad y de una familia se basa en la clase de relación y educación que cultivemos en el hogar. Los padres responsables, son los que hacen la diferencia en la familia y quien hace la diferencia, en un Padre responsable, es Cristo quien mora en su corazón.
Los valores son elementos que se transmiten de generación a generación, de familia a familia, de padre a hijo. Solo que para que estos mantengan su pureza y eficacia requiere que se mantenga el proceso de cultivación. Una nota positiva es que nunca se es viejo para cultivarlos y nunca es tarde para comenzar a practicarlos ya que en todo tiempo y a toda edad traen satisfacción, remuneración y son preventivos.
Los valores no son la vida, pero son necesarios para la vida. Son más que enseñanzas, son convicciones que se enseñan, modelan y demuestran. Los valores son principios, enseñanzas, convicciones y verdades que no se imponen sino que se enseñan para ser adoptados.
En Proverbio 22.6, los padres enseñan e instruyen pero no lo imponen a la fuerza, sino que el hijo es quien decide aceptarlos, adoptarlos o rechazarlos. Así que, un valor es una virtud, una cualidad o habilidad que tienen las personas, las cosas, las acciones, las enseñanzas y las verdades. Y el respeto es el valor asociado al temor a DIOS, que es tan fundamental en las relaciones que por la buena práctica viene el vivir en paz.
El valor de los valores, es que éstos contribuyen en la formación integral de la personalidad de nuestros hijos, de la próxima generación que sostendrá y guiará a la sociedad.
Recordemos la iglesia y la escuela son un remanso de valores, pero el hogar es el crisol donde se forja el carácter de ellos, Salmo 144.12.
La tarea de ser padres responsables es la más difícil de todo el mundo, pero es la más importante de todas en la vida y es la más gratificante de todas las cosas que hay. Requiere unidad, compromiso, fidelidad, responsabilidad y trabajo en equipo.
Así como el proveer, para el sostenimiento económico de la familia es responsabilidad de los padres, también es su responsabilidad la educación y la transmisión de los valores éticos y cristianos.
Recuerden la promesa:
“Instruye al niño en su camino, Y aun cuando fuere viejo no se apartará de él”. Proverbios 22. 6.
Dios les bendiga abundantemente.

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