martes, 4 de septiembre de 2018

Leyendo... Ezequiel capítulo 17



LECTURA DIARIA:
Ezequiel capítulo 17

Este capítulo muestra una alegoría en que aparecen un águila , un cedro , y una vid.
La primera águila de este capítulo representa al rey Nabucodonosor de Babilonia, quien designó o “plantó” a Sedequías como rey en Jerusalén. Sedequías se rebeló en contra de este arreglo y trató de aliarse con Egipto, la segunda águila, para luchar en contra de Babilonia. Esto se llevó a cabo mientras Ezequiel, a muchos kilómetros de distancia, en Babilonia, estaba describiendo estos sucesos. Jeremías, un profeta en Judá, también estaba advirtiendo a Sedequías de que no formara esta alianza. A pesar de que estaban a varios kilómetros de distancia, los profetas dieron el mismo mensaje debido a que ambos hablaron de parte de Dios.
La componenda de Sedequías con Nabucodonosor fue acordada invocando el nombre de Dios. Al romper el acuerdo con Nabucodonosor, al mismo tiempo violó su pacto con Dios.
La profecía de castigo de Ezequiel termina en esperanza. Cuando el pueblo depositó su esperanza en alianzas extranjeras, fue desilusionado.
Únicamente Dios podía darle una esperanza verdadera. Dios dijo que plantaría una ramita tierna, el Mesías, cuyo Reino crecería y se convertiría en un refugio para todos los que fueran a Él. Esta profecía se cumplió con la venida de Jesucristo.
Además, algunas personas de Judá se pusieron bajo el “paraguas” de las bendiciones de Dios como una excusa para desobedecerle. Ellos pensaron que debido a sus antepasados justos vivirían. Dios les dijo que eso no sucedería así. Eran los hijos malvados de padres rectos y, por lo tanto, morirían. Sin embargo, si volvían a Dios, vivirían.

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