viernes, 28 de septiembre de 2018

Un momento... CUANDO SE AMA SE ES FIEL



UN MOMENTO PARA PENSAR EN DIOS
CUANDO SE AMA SE ES FIEL

La palabra en el Antiguo Testamento para lealtad es “hesed” puede traducirse como misericordia, fidelidad y amor.

La conducta y el comportamiento del cristiano o de cualquier persona en particular, están estrechamente relacionados con fidelidad y amor.
Después de leer 1 Pedro, podemos damos cuenta que el apóstol está enfocado en hacernos el llamado a tener un comportamiento digno de la vocación y la nueva posición en Cristo. Somos hijos de DIOS, y como tal, nuestro comportamiento debe ser santo, justo, correcto, coherente a la posición.
Lo que requiere pagar un costo muy elevado.
La lealtad del hijo de DIOS, en primer lugar es hacia DIOS. Los capítulos uno y dos detalla en qué consiste el comportamiento: santo, apartado del pecado, comprometido en pensar, sentir y hacer solo las cosas que agradan a DIOS.
El capítulo 1 versículos 13 al16  declaran que la obediencia es la máxima expresión de la lealtad.
Como hijos de DIOS que somos, debemos ser leales a todo lo que está escrito en la Palabra de DIOS. Esto significa según el capítulo 2 versículos 1 al 10, tres acciones: desechar lo malo, desear lo bueno, y acercarse al Único bueno, a Jesús, viviendo en íntima relación y comunión con Él.
¿Cuántas cosas malas debemos dejar como muestra de nuestra lealtad a nuestra profesión y posición en Cristo? ¿Qué cosas debemos desear como hijos de DIOS que somos?
La lealtad del hijo de DIOS, en segundo lugar debe ser demostrado en las relaciones familiares. El capítulo 3 está dedicado a la familia, y el deseo del apóstol es que como esposos vivamos en profunda lealtad. Cuando el esposo es fiel, honesto, sincero y transparente en su relación con DIOS; mantiene un comportamiento y relaciones saludables, ejemplares y santas con su esposa. Cuando el matrimonio es leal a DIOS, cumplirá con lealtad su función dentro del hogar, y sus hijos no tendrán que buscar amor, aprecio, comunicación, amistades, etc., en otros lados.
Por último, la lealtad del hijo de DIOS, debe mostrarla con su comportamiento y conducta en el ministerio que realiza, lealtad hacia la iglesia. Los capítulos 4 y 5 los dedica el apóstol a los que estamos en ministerios, no importa cuál sea, todo ministerio es un ministerio para DIOS y por lo cual merece el mismo nivel de lealtad, santidad, y buena relación familiar. Todos hemos sido bendecidos por lo menos con un don espiritual que DIOS nos lo ha dado como recurso para servirle. Debemos desenvolverlo con lealtad, fidelidad, eficiencia y sinceridad. Sin embargo, al llegar al capítulo 5, este es dedicado exclusivamente para los encargados de dirigir una iglesia, en este caso, son los ancianos y pastores. Ningún anciano o pastor es apto y está aprobado para cumplir este ministerio si su comportamiento y su conducta no es santa, recta, leal, ejemplar, y si su matrimonio y familia no es ejemplo.
La pregunta es ¿Es fácil ser leal a DIOS, a la familia y al ministerio?
Es por ello que Pedro dice, como DIOS es santo, sed santos vosotros en toda vuestra manera de vivir.
Si aceptamos el llamado a un ministerio, recordemos, debemos ser ejemplo de nuestra relación con DIOS, de nuestra relación con la familia y de nuestra relación con la iglesia. Es menester, ser leal en las tres relaciones, porque ese es el costo a pagar para agradar a DIOS, ser ejemplo a la familia y poder ejercer un ministerio eficaz.
Dios les bendiga abundantemente.

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