UN MOMENTO PARA PENSAR EN DIOS
CONTENTAMIENTO:
TODO LO PUEDO EN CRISTO
“No
lo digo porque tenga escasez, pues he aprendido a contentarme, cualquiera que
sea mi situación.
Sé vivir humildemente, y sé tener abundancia; en todo y por
todo estoy enseñado, así para estar saciado como para tener hambre, así para
tener abundancia como para padecer necesidad. Todo lo puedo en Cristo que me
fortalece”. Filipenses 4. 11 – 13.
Estos
dos versículos contienen toda la teología de la virtud del contentamiento.
Observemos
lo que dice el apóstol Pablo: “He aprendido a contentarme” “Se vivir” “Estoy enseñado”.
¿En
qué se parecen estas tres frases
escritas por Pablo, al estilo de vida que personalmente experimentamos? Y esto se queda corto si no agregamos el versículo
13, “Todo lo puedo en Cristo quien me fortalece”.
Para
llegar a expresar estas frases con convicción y seguridad, se requiere un nivel
espiritual maduro, nivel que se basa en la íntima relación con DIOS, en un
profundo conocimiento de DIOS y un claro acercamiento a DIOS.
No
podemos llegar a sentirnos tan tranquilos, confiados, seguros, satisfechos
mientras estamos en circunstancias difíciles, mismas que no comprendemos, a
menos que estemos seguros que hay alguien mayor y poderoso que nos sostiene y
que se ha hecho responsable de nosotros.
Hay
3 enseñanzas a priori sobre el contentamiento después de leer estos tres
versículos.
Primero,
el contentamiento es un estado de vida espiritual que se aprende, y se alcanza
por medio de un proceso. Segundo, el
contentamiento es no solo un conocimiento de las Escrituras sino también una
experiencia de la madurez espiritual que tenemos en DIOS. Tercero, la base del contentamiento está en
la buena relación que tenemos con DIOS.
Podemos
decir con seguridad, que Pablo aprendió a contentarse en toda circunstancia de
la vida porque aprendió a vivir en la fe y fue enseñado a saber vivir gozoso,
satisfecho, contento en el proceso que DIOS lo llevaba.
DIOS
nos hace pasar por la escuela del
contentamiento, en el proceso de formación espiritual que no es más que la
escuela de madurez espiritual.
Por
todo lo anterior, es necesario tener convicciones, cultivar la relación
personal con DIOS, y hacer las cosas que contribuyen al desarrollo del
contentamiento personal.
Cuando
alcanzamos una relación adulta con DIOS, donde llegamos a conocer a DIOS tal
como Él es, y todo lo que él puede hacer, y su control soberano sobre todo,
podemos decir como Pablo, “Todo lo puedo en Cristo quien me fortalece”, pues Él
es nuestra porción, sustento, abrigo, guía, dirección, proveedor, él sabe todo
lo de nuestra vida.
No
importa la situación en que estemos, hagamos nuestros estos tres versículos,
creámoslos y vivámoslos.
Dios
les bendiga abundantemente.
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