UN MOMENTO PARA PENSAR EN DIOS
EL
PLACER DE VIVIR TRANQUILO
Como
cristianos, enseñamos que la vida en Cristo no importa la circunstancia,
se debe vivir tranquilo, confiado, satisfecho y en contentamiento.
En
nuestro país hace unos días se desató una crisis económica importante, el dólar
subió en un porcentaje muy alto en pocas horas. Todos estábamos atentos a las
famosas pizarras de cotización, los que podían comprar, pero también la mayoría
que veía que el dinero de su salario se iba enflaqueciendo por la devaluación
del peso, y la próxima suba de todos los productos del mercado.
Ante
esto mucha gente perdió el sueño porque les ganó la preocupación, el malestar
se generalizó.
Pero
para aquellos que somos cristianos, deberíamos saber definitivamente, que DIOS
estaba de por medio aun en todo esto.
Pero
¿Cómo ser feliz, o por lo menos estar tranquilo y satisfecho estando en medio
de tan difícil situación?
Muchas
veces no entendemos porque pasan cosas difíciles y le preguntamos a DIOS, ¿Por
qué nos estaba pasando tantas cosas difíciles?
Al
buscar en la Palabra de DIOS encontramos respuesta a esta pregunta, en ella
DIOS nos habla muchas veces de confiar. Pero hay un versículo muy claro y
directo, en la primera carta del apóstol Pedro capítulo 5 versículo 7: “Echando toda vuestra ansiedad sobre él,
porque él tiene cuidado de vosotros”.
Debemos
dejar nuestra ansiedad en DIOS, porque Él se ocupa de nuestra vida.
La
enseñanza sobresaliente es que aprendamos a vivir tranquilos, confiados, y
satisfechos con lo que tenemos, donde DIOS nos quiere tener, pero que cada día
nos esforcemos por ser mejores pero en relación con él.
Cuando
se está en temor de DIOS, aun cuando se tiene poco, eso poco es suficiente,
alcanza para estar tranquilos. Generalmente, cuando se tiene mucho, el corazón no
se conforma, no está satisfecho, siempre quiere tener mucho
más. En ambos estados, de abundancia o escasez, es necesario
aprender a tener contentamiento como lo enseñó Pablo. Es de esta manera
como ejercitamos la fe, y aprendemos a depender de DIOS en medio de toda
circunstancia.
Tanto
las contiendas, la ira, y la escasez son condiciones óptimas para destruir la
alegría, la tranquilidad, y el buen estado de ánimo, si no se tiene una
relación profunda y de convicción con DIOS. Tanto es así, que no se come
bien, no se duerme bien, y no se está tranquilo en ningún lugar. Todo lo
contrario se da, cuando alguien ha aprendido a confiar y depender de DIOS, aun
en la pobreza, y enfermedad o dificultad, puede estar satisfecho y confiado que
todo está en las manos de DIOS y que él lo controla todo.
Todo
ayuda a bien, aún los tiempos difíciles, debemos aprender de la parábola de la
Vid en Juan 15, DIOS quiere que todos
demos mejores frutos y si para lograrlo es necesario someternos a un proceso de
depuración, cosas que a veces duele, lo hará.
DIOS
sabe lo que quiere y sabe hasta dónde podemos soportar. Si estamos en sus
manos, todo está bien, así que bueno es vivir tranquilos en Sus promesas.
Confía,
Dios sigue siendo Dios.
Dios
les bendiga abundantemente.
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