UN MOMENTO PARA PENSAR EN DIOS
DOS
DISTINTIVOS DE UN HIJO DE DIOS
En
el encuentro que tuvo Nicodemo con Jesús, el tema central fue el nuevo
nacimiento, sobre cómo llegar a ser hijo de DIOS.
Este hombre aun cuando era
conocedor del Antiguo Testamento, desconocía lo que es llegar a ser un hijo de
DIOS, por la fe en Jesucristo, o sea nacer de nuevo.
Es
que el acto del nuevo nacimiento es un milagro, se da cuando una persona
reconoce a Jesús como el único que puede no solo perdonar sus pecados sino
darle vida eterna.
La
evidencia de que ya se es un hijo de DIOS, es que debe cambiar su forma de
pensar, sentir y actuar. Como dice 2 Corintios 5.17: “De modo que si
alguno esta en Cristo nueva criatura es las cosas viejas pasaron he aquí todas
son hechas nuevas”.
En
la primera carta del apóstol Juan, él está hablando a quienes confesamos o decimos
que ya somos hijos de DIOS. Y en el capítulo 5 dice que dos distintivos de
que ya somos hijos de DIOS son: la obediencia y el amor.
Desgraciadamente
muchos de los que se dicen ser cristianos en realidad no lo son, porque nunca
han nacido de nuevo. Esta es la razón por la cual Juan termina este libro
y persiste en esos temas en II y III de Juan. Lo importante acá es
destacar lo que Juan nos está tratando de enfatizar, que amar a DIOS y al
prójimo es un acto de obediencia.
Aquí
si entramos a un tema muy delicado, dice el versículo 2, “En esto nos conocemos
que amamos los hijos de Dios, cuando amamos a Dios, y guardamos los
mandamientos”.
Si
hay dos aspectos que DIOS espera de sus hijos, para que la iglesia se vuelva
fuerte y saludable son, que seamos obedientes a su Palabra y que nos amemos
unos a los otros como señal de que amamos a DIOS.
El
versículo 3 dice que los mandamientos a obedecer no son gravosos, difíciles, o
dolorosos o costosos, si es que hemos entendido lo que es ser hijos de DIOS, lo
que es amar a DIOS.
La
pregunta sería ¿Cómo nos evaluamos en cuanto a la obediencia a la Biblia y a la
práctica del amor hacia DIOS y los demás?
No
hay respuesta a medias, solo hay un sí o un no, porque no se puede obedecer a
medias, porque esto equivale a desobediencia. Tampoco se puede amar a medias
porque eso equivale a deslealtad, infidelidad, a desobediencia e hipocresía o
falta de honestidad.
Entonces,
con toda honestidad, ¿Somos obedientes a la Palabra y amamos como DIOS lo
ordena?
Hagamos
una autoevaluación, un diagnóstico de nuestra realidad espiritual, y si hay
algo que necesitamos dejar de hacer, eliminémoslo, pero si hay cosas que las
estamos haciendo a medias y tenemos dudas, tratemos de depurarlas,
limpiarlas, renovarlas u ordenarlas de acuerdo a las prioridades.
En
el amor se resume toda la ley, y en la obediencia la vida cristiana de
fe.
Si
una persona quiere demostrar que es cristiano, que es hijo de DIOS, debe
hacerlo por tener una vida sometida o apegada a la Palabra de DIOS, y una vida
saturada por el amor de DIOS.
Hacer
eso es ser guiados por el Espíritu y cumplir lo que Jesús nos enseñó y ordenó
hacer.
Abramos
nuestro corazón a DIOS, acerquémonos con confianza, Él nos entenderá, nos
perdonará, y entonces sentiremos paz, libertad y felicidad.
Dios
les bendiga abundantemente.
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