LECTURA
DIARIA:
Ezequiel
capítulo 20
Aquí
Ezequiel da una vista panorámica a la historia de la rebelión de Israel.
El
énfasis es sobre los intentos de Dios por hacer que la nación regrese a Él y
sobre su misericordia por su pueblo constantemente rebelde y desobediente.
Ezequiel da el mensaje acerca de que solo el pueblo es responsable de todos los
problemas y castigo que han experimentado. Dios apartará a aquellos que
persisten en rebelarse contra El, mientras que traerá a los fieles “a la tierra
de Israel, la tierra por la cual alcé mi mano jurando que la daría a vuestros
padres”. La razón: que “sabréis que yo soy Jehová”.
El
día de reposo, instituido por Dios en la creación, fue ordenado a Israel como
una señal de que Dios los había creado y redimido. Era un regalo de un Dios
amoroso, no una obligación difícil, pero en repetidas ocasiones profanaron el
día de reposo e ignoraron a su Dios. Dios lo creó con la intención de que fuera
una ayuda a la memoria, pero ellos lo pasaron por alto.
En
los principios mismos de la historia de Israel, Dios les advirtió con claridad
sobre las consecuencias de la desobediencia. Cuando el pueblo desobedeció, Dios
les permitió que experimentaran esas devastadoras consecuencias para hacerlos
conscientes de la seriedad de sus pecados.
Porque
no pusieron por obra mis decretos, sino que desecharon mis estatutos,
profanaron mis sábados y tras los ídolos de sus padres se les fueron los ojos.
Ezequiel
20:25 Por eso yo también les di estatutos que no eran buenos y decretos
por los cuales no podrían vivir. (Versículos 24 y 25)
Estos
versículo quizás indican que debido a la continua rebelión de Israel, Dios les
dio estatutos que no eran buenos, como la abominable práctica de sacrificar
infantes a Moloc.
¿Por
qué les daría Dios leyes que no eran buenas? Esto está hablando acerca de
cualquier aspecto de la Ley de Moisés y Ezequiel refuerza esa Ley.
Evidentemente los judíos habían tomado, la dedicación del primogénito de los animales
y de los hijos, como justificación de los sacrificios de niños a Moloc, el dios
cananeo. Dios los estaba abandonando a este engaño para conseguir que lo
reconozcan a Él, para sacudir sus conciencias y revitalizar su fe.
Cuando
los israelitas desobedecieron a Dios, negándose a entrar a la tierra prometida
la primera vez, Dios decidió purificar a su pueblo al forzarlo a vagar en el
desierto hasta que muriera una generación completa. Aquí promete purgar la
nación una vez más de toda su gente rebelde al cruzar el vasto desierto hacia
su cautiverio en Babilonia. Solo aquellos que siguieran fielmente a Dios
podrían regresar a su tierra. El propósito de este castigo en el desierto sería
limpiar al pueblo de todos aquellos que adoran ídolos y restaurar a todos
aquellos fieles a Dios.
Los
israelitas estaban adorando ídolos y ¡dando ofrendas a Dios al mismo tiempo!
Ellos no creían en su Dios, como el único Dios verdadero. En vez, le adoraron
junto con los otros dioses de la tierra. Quizá disfrutaban de los placeres
inmorales del culto a los ídolos, o tal vez, no querían perderse los beneficios
que los ídolos podrían darles.
A
pesar de todo eso, Dios afirma en el versículo 44: Por amor de mi nombre,
Israel será restaurado, a pesar de sus caminos malos y perversas obras. Cuando
haya concluido su obra sabrán entonces que él es Jehová el Señor.
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