domingo, 23 de septiembre de 2018

Leyendo... Ezequiel capítulo 36



LECTURA DIARIA:
Ezequiel capítulo 36

En esta profecía, Ezequiel habla de la restauración de Israel como nación y el regreso a su tierra.
Los montes simbolizaban la fortaleza de Israel. Para los cautivos en Babilonia, esto parecía imposible. Este mensaje volvió a hacer énfasis en la soberanía y confiabilidad de Dios. Primero juzgaría a las naciones que utilizó para castigar a Israel y luego restauraría a su pueblo
«Las alturas eternas» se refiere a la tierra prometida, la tierra de Israel. Los enemigos de Israel no solo desafiaron sus fronteras, sino también las promesas de Dios a Israel.
El énfasis descansa en el reino combinado de Israel y Judá
Se acusa al país de causar la disminución de los habitantes, por dos razones. La ubicación geográfica del país lo expone a la agresión de los ejércitos invasores y a las incursiones de las tribus nómadas del este. La vida de la gente se ve amenazada por las lluvias, las plagas de insectos, las pestilencias, y otras catástrofes naturales. También se añade un elemento de carácter espiritual, en las colinas se hallaban los lugares de culto a las deidades cananeas de la fertilidad, la fuente de las prácticas religiosas que ocasionaron el extravío de Israel.
Por sus pecados la gente fue expulsada de la tierra, y en el exilio continuaron cometiendo los mismos pecados
Cuando los israelitas fueron forzados a exiliarse a consecuencia del juicio de Dios, sus enemigos supusieron que habían sido sacados de la tierra porque su Dios no era capaz de protegerlos o rescatarlos. De acuerdo con el plan de Dios, el pueblo escogido sería un pueblo próspero y bendecido, y por su intermedio los incrédulos conocerían la misericordia y justicia divinas. Israel había fallado, y como resultado parecía como si hubiese sido derrotado su Dios, cuyo nombre resultaba así profanado.
Dios dispone que su pueblo sea restaurado, no a causa de los méritos de los exiliados, sino a causa de su santo nombre. La restauración vindicará a Dios, quien no carece de poder, sino que es un Dios santo y justo
A Dios no solo le preocupaba la salvación de su pueblo, sino también del mundo entero. Permitir que su pueblo permaneciera en pecado y que sus enemigos lo destruyeran siempre llevaría a otras naciones a la conclusión de que sus Dioses paganos eran superiores en poder al Dios de Israel. Así que, por causa de su nombre, enviaría de regreso a la tierra a un remanente de su pueblo. Dios no compartirá su gloria con Dioses falsos, solo Él es el único Dios verdadero. El pueblo tenía la responsabilidad de representar a Dios en forma adecuada ante el resto del mundo.
Dios prometió restaurar a Israel no solo material, sino espiritualmente. Para lograrlo, le daría un nuevo corazón para seguirlo y pondría su Espíritu Santo en ellos para transformarlos y darles poder para hacer su voluntad.

No hay comentarios:

Publicar un comentario