LECTURA
DIARIA:
Ezequiel
capítulo 40
Estos
capítulos finales describen el nuevo templo y el orden del culto que Israel
debe observar.
Algo de suma importancia es que concluyen con el nombre de la
ciudad, Jehová – sama. Esta es la clave para entender toda la visión de
Ezequiel, que tiene su paralelo en Apocalipsis 21.1 - 22.15. Así como Juan
tendría a su lado un ángel que le mostraría la nueva Jerusalén, Ezequiel
contaría con uno que le explicaría su visión del templo. Aunque los
especialistas sostienen puntos de vista diferentes, la visión del templo debe
interpretarse simbólicamente, como representación de la comunidad que adora al
Mesías, durante la era de la Iglesia, el Milenio, y que alcanza su clímax en el
mundo por venir.
La
descripción se basa fundamentalmente en el modelo del templo salomónico, que
Ezequiel había visto antes de su exilio, pero sus proporciones no son las
mismas. Este templo «perfecto» difiere radicalmente del anterior y apunta al
futuro con toda claridad. Por último, este templo da paso a la ciudad y a la
presencia del Señor. Aquí radica la cuestión principal. Otras dos similaridades
entre Ezequiel y Apocalipsis son: Ezequiel describe un río que sale del templo.
Juan habla de «un río de agua de vida… que salía del trono de Dios y del
Cordero». Ambos mencionan árboles frondosos cargados de frutas a lo largo de
sus riberas.
La
construcción del templo vislumbró un tiempo de completa restauración para los
cautivos, un tiempo cuando Dios volvería a su pueblo. El templo se construyó en
520-515 a.C., pero no alcanzó a abarcar el plan de Ezequiel. Esta visión del
templo se ha interpretado básicamente en cuatro formas:
(1)
Este es el templo que sin duda Zorobabel construyó en 520-515 a.C. y es el
plano real que Ezequiel proyectó. Pero debido a la desobediencia, nunca se
siguió.
(2) Este es un templo literal que se reconstruiría durante el reinado de Cristo en el Milenio.
(3) Este templo simboliza la verdadera adoración a Dios por la iglesia cristiana actual.
(4) Este templo representa el reino futuro y eterno de Dios, cuando su presencia y bendición llenen la tierra.
(2) Este es un templo literal que se reconstruiría durante el reinado de Cristo en el Milenio.
(3) Este templo simboliza la verdadera adoración a Dios por la iglesia cristiana actual.
(4) Este templo representa el reino futuro y eterno de Dios, cuando su presencia y bendición llenen la tierra.
Ya
sea simbólico o literal, parece claro que esta es una visión del reino perfecto
y final de Dios. Esto dio esperanza al pueblo en los tiempos de Ezequiel, los
que acababan de ver la destrucción de su nación y su templo sin ninguna
esperanza de reconstrucción en un futuro cercano. Los detalles de esta visión
dieron al pueblo mayor esperanza porque la visión de Ezequiel procedía de Dios
y sin duda se cumpliría en el futuro.
Un
argumento en contra de que el templo que vio Ezequiel se trata literalmente de
un edificio del futuro es que se mencionan sacrificios. Si los sacrificios se
volvieran a instituir en los últimos días, el sacrificio final de Cristo no
tendría significado como tal. El Nuevo Testamento aclara que Cristo murió una
sola vez por el pecado de toda la humanidad. Nuestros pecados se han borrado,
ya no hacen falta sacrificios posteriores. Sin embargo, en los días de
Ezequiel, la única clase de adoración que el pueblo conocía era la que incluía
los sacrificios y las ceremonias descritas desde Éxodo hasta Deuteronomio.
Ezequiel tuvo que explicar el nuevo orden de adoración en términos que la gente
entendiera. Los nueve capítulos siguientes relatan cómo el templo es el punto
central de todo, lo que indica que la relación ideal con Dios es aquella donde
toda la vida se centra en El.
Ezequiel
explicó la morada de Dios con palabras e imágenes que la gente comprendiera.
Dios quería que vieran el gran esplendor que planeó para los que fueran fieles.
Esta clase de templo nunca se construyó, pero era una visión que tenía el
propósito de tipificar los planes perfectos de Dios para su pueblo: la
importancia de la adoración, la presencia del Señor, las bendiciones que fluyen
de Él y el método de adoración junto con las tareas que la acompañan. No
permita que los detalles confusos nublen el punto central de esta visión. Un
día todos los que han sido fieles a Dios disfrutarán de una vida eterna con El.
Los
capítulos 40-43 dan las medidas del templo y luego describen la forma en que se
llenó de la gloria de Dios. Debido a que Ezequiel era un sacerdote, estaba
familiarizado con el mobiliario y las ceremonias del templo de Salomón. Al
igual que en Apocalipsis 11.1-2, el mandato de «medir» define las áreas que
Dios marcó para un uso especial.
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