LECTURA
DIARIA:
Ezequiel
capítulo 34
El
rey tenía la responsabilidad de suplir comida y agua a su rebaño, de destruir a
aquellos que quisieran hacerle daño y defender el derecho del débil: la viuda,
el huérfano y el extranjero.
Pero los reyes de Israel habían fallado. En lugar
de alimentar el rebaño, se habían apacentado a sí mismos y se habían vestido de
su lana. Como resultado de su negligencia, las ovejas estaban errantes.
Ezequiel llamó a los cautivos «Israel», refiriéndose a los judíos del cautiverio,
tanto del reino del norte como del sur. Criticó a los líderes de Israel por
preocuparse por ellos y no por su pueblo. Enfatizó sus pecados y pronunció
juicio sobre ellos. Luego prometió que vendría un verdadero Pastor (el Mesías)
que cuidaría al pueblo como se suponía que los otros líderes debían hacerlo. En
este hermoso mensaje se ve el destino de esos pastores, la obra del nuevo
Pastor y el futuro de las ovejas
En
contraste con estos pastores malvados (líderes) del pueblo de Dios, Dios
enviará a un Pastor perfecto, el Mesías («mi siervo David»), quien cuidará de
satisfacer cada una de las necesidades de su pueblo y establecerá un reino
perfecto de paz y justicia. «Paz» aquí significa más que ausencia de
conflictos. Es contentamiento, satisfacción y seguridad.
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