jueves, 18 de enero de 2018

Un momento... REFINADOS COMO EL ORO Y LA PLATA



UN MOMENTO PARA PENSAR EN DIOS
REFINADOS COMO EL ORO Y LA PLATA

"El crisol es para la plata y el horno para el oro, pero el Señor es quien prueba los corazones." (Proverbios 17. 3)

Para obtener plata pura, cuando se saca de la mina, hay que ponerla en el crisol para que sea calentada hasta que se derrita, para que puedan ser removidas las impurezas y entonces lo que queda es la plata pura. Lo mismo se puede decir acerca del oro. Uno lo coloca en el horno y todas las impurezas se quitan por medio del fuego. Y el Señor Jesucristo pone a sus siervos en el fuego, por así decirlo, para poder obtener cierto desarrollo de ellos. Él prueba nuestros corazones para fortalecernos. Él quiere producir mejores hijos e hijas para poder utilizarlos.
Se requiere de un intenso calor para purificar el oro y la plata. De manera similar, a menudo se requiere del calor de las pruebas para que los cristianos sean purificados. A través de las pruebas, DIOS nos muestra lo que hay en nosotros y quita cualquier cosa que se atreviese para que podamos confiar completamente en El.
Nosotros somos más valiosos para DIOS que el oro o la plata. Por lo tanto, no deberíamos desanimarnos cuando somos probados. El Apóstol Pedro, dijo en su primera epístola capítulo 1, versículos 6 y 7 lo siguiente: "Por lo cual vosotros os alegráis, aunque ahora por un poco de tiempo, si es necesario, tengáis que ser afligidos en diversas pruebas, para que, sometida a prueba vuestra fe, mucho más preciosa que el oro (el cual, aunque perecedero, se prueba con fuego), sea hallada en alabanza, gloria y honra cuando sea manifestado Jesucristo". Así que DIOS usa este método.
DIOS tuvo cierto propósito al hacer pasar a Job por el horno de la aflicción. DIOS tuvo cierto propósito al dar a Pablo un aguijón en su cuerpo. Dios tuvo un propósito al permitir ese periodo de persecución que sufrió la iglesia primitiva. Hoy uno de los problemas que encontramos entre los creyentes de algunos países es que viven en la sociedad de la abundancia. Este fue uno de los problemas de Israel.
Moisés lo describió en Deuteronomio 32.15: “Pero engordó Jesurún, y tiró coces (engordaste, te cubriste de grasa); entonces abandonó al Dios que lo hizo y menospreció la Roca de su salvación”.
Muchos se encuentran hoy en esta situación. Porque hay una gran diferencia entre engordar y desarrollarse, incluso en el área espiritual. Hay creyentes que tienen de todo, y sin embargo son quejosos, criticones. Realmente, no son de ninguna ayuda para la causa de Cristo. Así DIOS tiene que poner a los creyentes que va a utilizar en el horno, con el propósito de desarrollarlos, para poder después utilizarlos.
Así que cuando surjan tiempos difíciles en nuestro camino, debemos darnos cuenta de que DIOS desea utilizarlos para refinar nuestra fe y purificar nuestro corazón.
Dios les bendiga abundantemente.

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