UN MOMENTO PARA PENSAR EN DIOS
CADA DÍA EN LAS MANOS DE DIOS
“No te jactes del día de mañana; porque no sabes qué dará de sí el día”.
(Proverbios 27. 1)
Son muchas las veces que nos expresamos hablando de lo que haremos el día de mañana, dando, muchas veces, las cosas por hechas.
Planificamos nuestra vida con total confianza de que todo va a producirse tal y como lo pensamos.
Hacemos planes sobre una y otra cosa: “Voy a hacer”; “voy a comprar”; “voy a viajar”, etc.
¿Pero qué lugar ocupa DIOS dentro de esos innumerables “voy”?
Dice el apóstol Santiago que nos jactamos de las fanfarronerías diciendo: “Hoy o mañana iremos a tal o cual ciudad, pasaremos allí un año y ganaremos dinero. ¡Y eso que ni siquiera saben qué sucederá mañana! ¿Qué es su vida? Ustedes son como la niebla, que aparece por un momento y luego se desvanece”. (Santiago 4.13).
Pero muchas, muchas veces, las cosas no salen exactamente así como estaban previstas, y nos llama la atención, porque no estamos preparados.
Y nos quedamos lamentándonos por el tiempo perdido, mirando lo que podía haber sido y no fue como queríamos que fuera.
Nos ahorraría mucha frustración el dejar todo en manos de DIOS, es difícil porque, como hombres, queremos ser siempre los que manejamos el timón y nos cuesta muchísimo dejar el mando de nuestra vida en manos del Señor. Quizás porque todo lo medimos en pensamiento de adulto, en que a mayor edad mayor responsabilidad, pero en nuestra relación con el Señor, esto debería ser:
Cuánto más madura sea nuestra relación con DIOS, más dependiente. Suena ilógico, pero es el pensamiento de DIOS. DIOS no quiere que crezcamos y nos independicemos, como hacen los hijos, sino que cada día Él sea el que dirija todo ámbito de nuestra vida, que no nos reservemos nada para nosotros, Él quiere ser nuestro todo en todos.
La vida se construye de un día a la vez…
Entonces procuremos aprovechar al máximo este día, busquemos a DIOS, abracemos a sus principios, preceptos y mandamientos; caminemos este día con los ojos puestos en Él.
Aprendamos hoy a dejar nuestro mañana en las manos de DIOS, y no nos jactemos de lo que no depende de nosotros. Alabemos al Señor en todo.
Dios les bendiga abundantemente.
CADA DÍA EN LAS MANOS DE DIOS
“No te jactes del día de mañana; porque no sabes qué dará de sí el día”.
(Proverbios 27. 1)
Son muchas las veces que nos expresamos hablando de lo que haremos el día de mañana, dando, muchas veces, las cosas por hechas.
Planificamos nuestra vida con total confianza de que todo va a producirse tal y como lo pensamos.
Hacemos planes sobre una y otra cosa: “Voy a hacer”; “voy a comprar”; “voy a viajar”, etc.
¿Pero qué lugar ocupa DIOS dentro de esos innumerables “voy”?
Dice el apóstol Santiago que nos jactamos de las fanfarronerías diciendo: “Hoy o mañana iremos a tal o cual ciudad, pasaremos allí un año y ganaremos dinero. ¡Y eso que ni siquiera saben qué sucederá mañana! ¿Qué es su vida? Ustedes son como la niebla, que aparece por un momento y luego se desvanece”. (Santiago 4.13).
Pero muchas, muchas veces, las cosas no salen exactamente así como estaban previstas, y nos llama la atención, porque no estamos preparados.
Y nos quedamos lamentándonos por el tiempo perdido, mirando lo que podía haber sido y no fue como queríamos que fuera.
Nos ahorraría mucha frustración el dejar todo en manos de DIOS, es difícil porque, como hombres, queremos ser siempre los que manejamos el timón y nos cuesta muchísimo dejar el mando de nuestra vida en manos del Señor. Quizás porque todo lo medimos en pensamiento de adulto, en que a mayor edad mayor responsabilidad, pero en nuestra relación con el Señor, esto debería ser:
Cuánto más madura sea nuestra relación con DIOS, más dependiente. Suena ilógico, pero es el pensamiento de DIOS. DIOS no quiere que crezcamos y nos independicemos, como hacen los hijos, sino que cada día Él sea el que dirija todo ámbito de nuestra vida, que no nos reservemos nada para nosotros, Él quiere ser nuestro todo en todos.
La vida se construye de un día a la vez…
Entonces procuremos aprovechar al máximo este día, busquemos a DIOS, abracemos a sus principios, preceptos y mandamientos; caminemos este día con los ojos puestos en Él.
Aprendamos hoy a dejar nuestro mañana en las manos de DIOS, y no nos jactemos de lo que no depende de nosotros. Alabemos al Señor en todo.
Dios les bendiga abundantemente.
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