UN MOMENTO PARA PENSAR EN DIOS
LA PALABRA JUSTA
"El justo es guía para su prójimo, pero el camino de los malvados los hace errar." (Proverbios 12. 26)
El hombre justo quiere ayudar a su prójimo, mientras que el malvado tratará de perjudicarle. La realidad es que si el hombre justo se da cuenta que su prójimo está equivocado, él irá a conversar con él acerca de ese problema. Es lo más útil y positivo que puede hacer.
El profeta Natán era el mejor amigo que tenía David y sin embargo fue Natán quien tuvo el valor de acusarle y decirle: “Tú eres aquel hombre”. (2 de Samuel 12. 7).
Cuando en nuestra vida hay cosas que deben ser corregidas, es bueno tener un buen amigo que nos reprenderá con cariño.
Un Pastor cuenta que cuando él comenzó el ministerio, el Señor le concedió el privilegio de ser el Pastor de una Iglesia que había sido su propia congregación antes, donde la gente le amaba y le mostraba mucha simpatía. En cierto sentido se sentía inexperto para estar a cargo del pastorado de una Iglesia tan grande y de tanta importancia. Pero la gente de ese lugar, era bastante buena con él. Y en cierta ocasión, este joven Pastor escuchó a un hombre muy famoso predicar en una conferencia, y a partir de ese momento, trató de imitarlo; hasta trataba de imitar el acento con el cual este hombre hablaba. Y los miembros de su iglesia se dieron cuenta, pero se limitaron a escucharle, a sonreír y muy pocos hicieron algún comentario al respecto. Pero un hombre que había ayudado a este Pastor a través de sus estudios lo invitó a comer en cierta ocasión y le dijo algo que este joven Pastor nunca olvidó. "Pastor, nosotros preferimos tener un Pastor genuino, antes que una imitación de otra persona".
Eso fue todo lo que dijo, y todo lo que necesitaba decirle. Desde ese momento ese Pastor volvió a ser una persona genuina.
¡Qué fuerza tienen las palabras rectas y sinceras de un consejo dado con ánimo constructivo!
Como dice este proverbio, el justo sale en busca de su prójimo. Ayuda a su prójimo. Pero el malvado, le induce a equivocarse; va hablar con su prójimo, le anima y después, cuando aquel le da la espalda, le critica.
Podemos darnos cuenta cómo estos proverbios ponen su dedo en la llaga, por decirlo así, y señalan conductas concretas e individuales que a veces como cristianos observamos entre nosotros.
Dios nos dice que somos Sal en la tierra, busquemos con nuestras palabras y acciones preservar y dar un buen sabor a las conversaciones que participamos, a la vez, de preservar lo bueno, lo recto, lo esencialmente cristiano en las circunstancias que estamos.
Dios les bendiga abundantemente.
LA PALABRA JUSTA
"El justo es guía para su prójimo, pero el camino de los malvados los hace errar." (Proverbios 12. 26)
El hombre justo quiere ayudar a su prójimo, mientras que el malvado tratará de perjudicarle. La realidad es que si el hombre justo se da cuenta que su prójimo está equivocado, él irá a conversar con él acerca de ese problema. Es lo más útil y positivo que puede hacer.
El profeta Natán era el mejor amigo que tenía David y sin embargo fue Natán quien tuvo el valor de acusarle y decirle: “Tú eres aquel hombre”. (2 de Samuel 12. 7).
Cuando en nuestra vida hay cosas que deben ser corregidas, es bueno tener un buen amigo que nos reprenderá con cariño.
Un Pastor cuenta que cuando él comenzó el ministerio, el Señor le concedió el privilegio de ser el Pastor de una Iglesia que había sido su propia congregación antes, donde la gente le amaba y le mostraba mucha simpatía. En cierto sentido se sentía inexperto para estar a cargo del pastorado de una Iglesia tan grande y de tanta importancia. Pero la gente de ese lugar, era bastante buena con él. Y en cierta ocasión, este joven Pastor escuchó a un hombre muy famoso predicar en una conferencia, y a partir de ese momento, trató de imitarlo; hasta trataba de imitar el acento con el cual este hombre hablaba. Y los miembros de su iglesia se dieron cuenta, pero se limitaron a escucharle, a sonreír y muy pocos hicieron algún comentario al respecto. Pero un hombre que había ayudado a este Pastor a través de sus estudios lo invitó a comer en cierta ocasión y le dijo algo que este joven Pastor nunca olvidó. "Pastor, nosotros preferimos tener un Pastor genuino, antes que una imitación de otra persona".
Eso fue todo lo que dijo, y todo lo que necesitaba decirle. Desde ese momento ese Pastor volvió a ser una persona genuina.
¡Qué fuerza tienen las palabras rectas y sinceras de un consejo dado con ánimo constructivo!
Como dice este proverbio, el justo sale en busca de su prójimo. Ayuda a su prójimo. Pero el malvado, le induce a equivocarse; va hablar con su prójimo, le anima y después, cuando aquel le da la espalda, le critica.
Podemos darnos cuenta cómo estos proverbios ponen su dedo en la llaga, por decirlo así, y señalan conductas concretas e individuales que a veces como cristianos observamos entre nosotros.
Dios nos dice que somos Sal en la tierra, busquemos con nuestras palabras y acciones preservar y dar un buen sabor a las conversaciones que participamos, a la vez, de preservar lo bueno, lo recto, lo esencialmente cristiano en las circunstancias que estamos.
Dios les bendiga abundantemente.
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