LECTURA DIARIA:
Salmo 116
El salmista expresa su profunda gratitud porque Dios le rescató del peligro de la muerte; el salmista sabe que ama a Dios y sabe por qué. Dios nos ama y le agrada que le amemos, porque quiere compartir su compañerismo con nosotros.
El salmista resalta el diálogo con Dios. Dios le escuchó, ahora él se anima a invocarle, habla con Dios todos sus días. Es lo que Dios quiere y lo que el creyente desea: una comunión con Dios ininterrumpida.
Ya que Dios le preservó la vida quiere andar delante de él, en su presencia y también abiertamente, a la vista de toda la gente.
El salmista no olvida los votos que ha hecho a Dios; si Dios es fiel a sus promesas, también debe ser el que Dios favorece. Y lo hace delante de todo su pueblo, pues la comunión con Dios y la alabanza no se pueden limitar a la vida individual privada porque todo creyente es parte del pueblo de Dios.
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