domingo, 14 de enero de 2018

Un momento... LA DISCIPLINA NO ES CASTIGO



UN MOMENTO PARA PENSAR EN DIOS
LA DISCIPLINA NO ES CASTIGO

"El que no aplica el castigo aborrece a su hijo; el que lo ama, lo corrige a tiempo." (Proverbios 13. 24)

Esta es verdadera psicología infantil.
No es fácil para un padre amoroso disciplinar a su hijo, pero es necesario. La responsabilidad más grande que DIOS da a los padres es criar y dirigir a sus hijos.
La falta de disciplina pone en duda el amor del padre debido a que muestra despreocupación por el desarrollo del carácter del niño.
Disciplinar a los hijos evita un desastre de gran alcance. Sin corrección, los niños crecen sin un claro entendimiento del bien y del mal, y con poca dirección en sus vidas.
Al hijo de DIOS en el día de hoy, se le dice lo mismo.
Se les dice a los hijos: “obedeced a vuestros padres, pero al padre se le dice que "no provoque a su hijo a ira", es decir, que lo irrite. (Efesios 6.1 y 4).
Es decir, que no hay que castigarlos o disciplinarlos cuando uno está demasiado enojado, o cuando uno está hablando en alta voz, sin controlar debidamente sus reacciones. Es mejor que el padre espere un tiempo, hasta que él mismo se haya calmado y pueda sentarse con ellos para explicarles porque están siendo disciplinados.
La Biblia hace una clara distinción entre la disciplina y el abuso físico. La disciplina puede ser dolorosa, pero no perjudicial.
Nunca debemos hacer daño a un niño (Proverbios 23.13), aunque en ocasiones el dolor puede formar parte de una corrección efectiva.
DIOS mismo se describe como un partidario estricto de la disciplina. Aunque siempre nos disciplina por amor y para beneficio nuestro, su corrección puede causarnos dolor.
“y habéis ya olvidado la exhortación que como a hijos se os dirige, diciendo:
Hijo mío, no menosprecies la disciplina del Señor, ni desmayes cuando eres reprendido por él; porque el Señor al que ama, disciplina, y azota a todo el que recibe por hijo. Si soportáis la disciplina, Dios os trata como a hijos; porque ¿qué hijo es aquel a quien el padre no disciplina? Pero si se os deja sin disciplina, de la cual todos han sido participantes, entonces sois bastardos, y no hijos. Por otra parte, tuvimos a nuestros padres terrenales que nos disciplinaban, y los venerábamos. ¿Por qué no obedeceremos mucho mejor al Padre de los espíritus, y viviremos? Y aquéllos, ciertamente por pocos días nos disciplinaban como a ellos les parecía, pero éste para lo que nos es provechoso, para que participemos de su santidad. Es verdad que ninguna disciplina al presente parece ser causa de gozo, sino de tristeza; pero después da fruto apacible de justicia a los que en ella han sido ejercitados”. (Hebreos 12. 5 - 11).
De igual manera, DIOS exige que los padres disciplinen correctamente a sus hijos.
No temamos disciplinar a nuestros hijos. Es un acto de amor. Recordemos, sin embargo, que nuestros esfuerzos no pueden hacer a nuestros hijos sabios. ¡Solo los alientan a buscar la sabiduría de DIOS por encima de cualquier cosa!
Dios les bendiga abundantemente.

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