jueves, 18 de enero de 2018

Leyendo... Salmo 119



LECTURA DIARIA:
Salmo 119

En este salmo cada estrofa representa una letra del alfabeto hebreo. Mientras en otros poemas acrósticos cada versículo o cada linea empieza con cierta letra en el orden del alfabeto, aquí cada uno de los ocho versículos de la estrofa empiezan con la misma letra, y las estrofas siguen las letras en el orden de las 22 letras del alfabeto hebreo. 


El salmista quiere mostrar la Palabra de Dios en su totalidad; usa una serie de sinónimos; cada uno habla de la Palabra de Dios, pero también destaca ciertos aspectos de ella. Ley, Testimonios, Mandamientos, Estatutos, Juicios, Palabra, Dicho, Ordenanzas o preceptos, Caminos.
Indican acción moral y carácter, el estilo de vida que corresponde a las normas reveladas por Dios.
Desde el principio el salmista combina la Palabra de Dios con los hechos de la vida cotidiana. La comunión con Dios se realiza por el amor a su Palabra que es el medio que el Espíritu Santo usa para comunicarse con el espíritu de la persona.
En la Biblia la mente no está separada de los sentimientos y la voluntad. Todo el ser busca la relación íntima con Dios; El uso de la Biblia dirige a esta búsqueda, y esta búsqueda resulta en más amor hacia la Biblia.
El salmista expresa su deseo de seguir creciendo en el conocimiento de sus justos juicios y en la santidad, rectitud de corazón, que a su vez, aumenta su capacidad de alabar a Dios.
El versículo 31 habla de su determinación de seguir los testimonios de Dios. El resultado es el crecimiento, amplitud a mi corazón, y este crecimiento amplía la capacidad de servir y ser un canal de bendición a otros.
El salmista pide entendimiento, pues para guardar la ley tiene que entenderla. Además, necesita la guía de Dios, pues seguir esta senda en medio de un mundo hostil a Dios, requiere más que la sabiduría y el esfuerzo humanos.
Primero reflexiona sobre la dirección en que va su vida; luego actúa según la Palabra de Dios. La reflexión honesta tiene que dirigir a la decisión y la acción.
El salmista reconoce que solamente por la Palabra de Dios fue liberado de sus angustias; pero, a la vez, reconoce que su responsabilidad era deleitarse en la ley de Dios.
Los resultados de amar a Dios y su Palabra se ven a través de la fortaleza aun frente a la oposición, tiene rechazo de la mentira y la falsa religión, una actitud continua de alabanza, paz y seguridad y confianza delante de Dios.
Cuando uno decide seguir al Señor, vendrá persecución; el salmista depende de Dios para su socorro. El resultado de haber aprendido más no le hace sentirse orgulloso, más bien le hace rebosar de alabanza. Después de todo lo que ha dicho el salmista en cuanto a su amor a la ley de Dios y su decisión de seguirla, puede sorprendernos su confesión del último versículo. Sin embargo, esto no es en sentido de fracaso; más bien muestra la profunda actitud de humildad del salmista, reconoce que todavía es humano, todavía falla en muchas cosas, todavía necesita que Dios le guarde, le enseñe y le vivifique.

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