viernes, 19 de enero de 2018

Un momento... LA MAYOR RIQUEZA



UN MOMENTO PARA PENSAR EN DIOS
LA MAYOR RIQUEZA

"Las riquezas del rico son su ciudad fortificada; como un muro defensivo se las imagina." (Proverbios 18. 11)

Al imaginar que su riqueza es su defensa fuerte, los ricos están lamentablemente equivocados. El dinero no proporcionará seguridad, hay demasiadas formas de perder su poder. El gobierno puede dejar de respaldarlo, pueden robarlo los ladrones, la inflación puede quitar parte de su valor. DIOS nunca pierde su poder. Siempre es confiable.
DIOS le prometió a Israel abundancia y cumplió Su Palabra. Y también les dijo que les retiraría su riqueza como un acto de juicio.
La iglesia no es una continuación de Israel, no es el grado siguiente por encima del judaísmo. Uno puede hacer una comparación, por supuesto, y encontrará muchas semejanzas. Los contrastes, sin embargo, son mayores. A la iglesia no se le han prometido solo bendiciones materiales.
A los creyentes, DIOS nos ha bendecido en las regiones celestiales con toda bendición espiritual en Cristo (Efesios 1.3).
Ahora el hijo de DIOS necesita ser fortificado. Necesita introducirse en esa torre fortificada. Necesita estar en la ciudad fortificada, protegida por una alta muralla alrededor.
¿Y cuál es ese muro? Bien, es la Palabra de DIOS, el conocimiento de la Palabra de DIOS. Lo que nosotros debemos reconocer es que estamos hoy viviendo en una época difícil y estamos siendo probados.
¡Cuán importante es el conocimiento de la Palabra de DIOS! No se trata de sustituirla por cursos que enseñen sobre como testificar de la fe, o de cómo tener un hogar feliz.
Estos cursos tienen su valor, pero al dirigirse con la necesaria brevedad a temas puntuales, solo abarcan la parte superficial de los temas, En realidad, no existe nada que pueda sustituir la acción de profundizar en la Biblia, como los excavadores que penetran en las profundidades de la tierra para encontrar los minerales `preciosos.
Es necesario aprender la Palabra de DIOS. Grabarla en nuestra mente y en nuestro corazón.
Allí está nuestra mayor riqueza, las promesas del Señor son tesoros que están a nuestro alcance en todo momento. No dependen de quienes gobiernen, ni que ninguna bolsa del mundo se caiga o no.
DIOS las puso ahí para sus hijos, depende de nosotros en ser fieles a Su Palabra y vivirla cada día. Por eso es tan necesario conocerla y aprenderla.
Levantemos sobre nuestra vida ese muro de contención y de defensa cada día que nos librara de aquel que quiera arrebatarnos lo que DIOS ya nos dió.
Dios les bendiga abundantemente.

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