jueves, 31 de agosto de 2017

UN MOMENTO... PERMANECER EN LA DOCTRINA

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UN MOMENTO PARA PENSAR EN DIOS
PERMANECER EN LA DOCTRINA

“Porque muchos engañadores han salido por el mundo, que no confiesan que Jesucristo ha venido en carne. Quien esto hace es el engañador y el anticristo.
Mirad por vosotros mismos, para que no perdáis el fruto de vuestro trabajo, sino que recibáis galardón completo. Cualquiera que se extravía, y no persevera en la doctrina de Cristo, no tiene a Dios; el que persevera en la doctrina de Cristo, ése sí tiene al Padre y al Hijo. Si alguno viene a vosotros, y no trae esta doctrina, no lo recibáis en casa, ni le digáis: !Bienvenido! Porque el que le dice: !Bienvenido! participa en sus malas obras. Tengo muchas cosas que escribiros, pero no he querido hacerlo por medio de papel y tinta, pues espero ir a vosotros y hablar cara a cara, para que nuestro gozo sea cumplido. Los hijos de tu hermana, la elegida, te saludan. Amén”. (2 de Juan 7 – 13)

Hace muchos años, algunos teólogos de tendencia crítica se reunieron con ciertos predicadores y después de mantener algunas discusiones concluyeron que ya no necesitaban responder a las creencias de los más conservadores, en asuntos como el nacimiento virginal de Cristo, la deidad de Cristo, o la muerte de Cristo por nuestros pecados. Se sentían como si se hubieran graduado de estas enseñanzas. Se consideraban muy intelectuales, como si hubieran llegado a un nivel muy alto de madurez y santidad, es decir, como si hubieran alcanzado la cumbre del conocimiento, y desde esas alturas contemplaban al resto de los cristianos como ingenuos, que aun creían en la deidad de Cristo y Su muerte a causa de nuestros pecados. 
Ellos habían quebrantado las creencias de la doctrina de Cristo reveladas en la Palabra de DIOS y no tenían a DIOS en sus vidas. 
No resultó sorprendente, entonces, que muchos de aquellos teólogos llegaran, con el tiempo, a la conclusión de que DIOS había muerto. Pero El no estaba muerto, sino que eran ellos los que estaban espiritualmente muertos en sus pecados. 
Y hoy hay muchos que creen lo mismo o, al menos, viven como si creyeran que DIOS no existe. Y convierten estas palabras de Juan en una realidad porque, todo el que se descarría y no permanece en las enseñanzas de Cristo, no tiene a DIOS. Como dijo el apóstol Pablo en Efesios capítulo 2 versículo 5 “son aquellos que están espiritualmente muertos en sus pecados, y necesitan que Dios les de vida espiritual, salvándoles por su gracia, porque ellos no pueden hacer nada para salvarse por sí mismos”.
Por ello el apóstol Juan dice, “el que persevera en la doctrina de Cristo, ése sí tiene al Padre y al Hijo”. Si estamos permaneciendo en la doctrina de Cristo, perseverando en Sus enseñanzas reveladas en la Biblia, entonces tenemos a DIOS el Padre, tiene a DIOS el Hijo, y tiene acceso al Padre por medio del Hijo. Así que tenemos acceso a DIOS a través de Cristo, por Su maravillosa e infinita gracia si perseveramos en las enseñanzas de Cristo.
Esas palabras perseverar o permanecer, indica seguir, continuar, es decir, que se refiere a un arreglo permanente. 
No olvidemos, el énfasis que el apóstol Juan le da a permanecer en la doctrina o enseñanzas de Cristo, perseverando en ellas, sin cambiarlas porque alguna parezca contradecir la moda o comportamiento social de una época. 
Es más, Juan sigue diciendo: "Si alguno viene a vosotros, y no trae esta doctrina, no lo recibáis en casa, ni le digáis: ¡Bienvenido! Porque el que le dice: !Bienvenido! participa en sus malas obras”.
No podemos pensar en un lenguaje más duro y severo que éste, pero el apóstol es claro, no debía haber ninguna duda sobre ese tema, si alguien recibía a aquellos maestros, entonces los estaba apoyando ante los demás, facilitándoles su estrategia y acciones. 
Esa es la razón por la cual debemos examinar todo lo que damos a los demás como cristianos, porque si estamos ofreciendo algo indebidamente, DIOS nos considerará participantes en esa acción. 
Dos les bendiga abundantemente.

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