LECTURA DIARIA:
Job capítulo 15
Elifaz empieza un segundo ataque a Job en lugar de ablandarse con sus quejas. Acusa injustamente a Job de abandonar el temor de Dios y toda consideración hacia Él, y de reprimir la oración. Elifaz acusa a Job de engañarse a sí mismo. Lo acusa de despreciar los consejos y consuelos dados por sus amigos.
Elifaz sostiene que los malos son ciertamente desgraciados, de lo cual infiere que los desgraciados son ciertamente malos y, por tanto, Job lo era. Elifaz también señala que la gente mala, en particular los opresores, están sujetos a terror continuo, viven muy incómodamente y perecen muy miserablemente.
Elifaz dice nuevamente que Job no se está comportando sabiamente al dejar que su lengua lo haga pecar. A pesar de que reclama que es sabio, no es ni sabio como el primer hombre, Adán. Tampoco Job ha escuchado el secreto de Dios como los profetas que conocen los planes secretos de Dios; tampoco tiene la sabiduría que tienen sus amigos porque son mayores que él.
Elifaz creyó que sus palabras eran tan ciertas como las de Dios, mostrando gran arrogancia de su parte.
Elifaz estaba repitiendo su argumento de que ninguna cosa creada, sean ángeles u hombre, es base suficiente de confianza y esperanza. Solo en Dios podemos estar seguros.
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